16.-

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De todas las personas que podía encontrarse tenía que ser aquella con la que peor había terminado su relación.

-¡Vaya! dichosos los ojos que te ven ¿Cómo te lleva tu nueva vida?- le preguntó con ironía- Al parecer no mejor que cuando estabas bajo mi supervisión- las palabras las decía con cierto rechazo.

Roier se levantó para enfrentarla a la par pero los colores a su alrededor se difuminaron y volvió a caer sentado cuando el dolor en su pecho se hizo más fuerte.

-Mírate- la madre resopló- ¿Acaso tu nueva pareja a la que le abres las piernas te dejó botado?- giró la cabeza.

-Sólo salí a tomar un poco de aire, no lo metas a él en esto- Roier alzó la cabeza después de tomar una profunda respiración que lo hizo sentirse medianamente mejor -Y te aviso que al menos él está pendiente de mi salud, no como cierta persona que sólo me daba medicamentos que me matarían dentro de poco-

-¿Y eso tendría que importarme?- las palabras de su madre golpearon tan fuerte a Roier que el poco color que tenía en su rostro desapareció -Sólo necesitaba que estuvieras vivo un año después del casamiento para tomar la otra parte del dinero que me debían-

Roier jadeó. Al parecer la situación era más grave de lo que se imaginaba.

-Así que sólo fui un negocio-

-No es mi culpa Roier- la mujer puso las manos en su cintura -Si sólo no fueras el hijo de ese perro de tu padre que me abandonó, tal vez te tuviera un poco más de cariño. Por lo menos cuando los padres de Spreen me propusieron ese trato serviste para algo ¿Cómo crees que te mantuve los primeros años sin trabajar? Ellos pagaron una buena parte por tu compromiso.
Necesitaban un chico que pudieran manipular fácilmente para su hijo-

Roier dejó caer su cabeza hacia adelante con los ojos en shock.

-Así que nunca me quisiste- un hueco se formó en su interior y un nudo se creó en su garganta- Sólo era una fuente de ingreso para ti-

-¿Eras? Estás equivocado mi amor... Lo sigues siendo-

Y antes que Roier pudiera reaccionar su boca fue tapada desde atrás y una de sus manos agarradas tirándolo contra el piso. El peso de alguien sobre él le quitó el aire y se raspó las rodillas con el asfalto. Se sacudió intentando quitarse a quien fuera que estuviera de arriba hasta que oyó a su madre hablar de nuevo.

-Agárralo fuerte Spreen, no dejes que se vaya. Si tus padres se enteran que se fue de casa, ni yo recibo el dinero, ni tú tienes a tu esclavo-

Roier miró por el rabillo del ojo la figura de su ex novio sobre él, que le sujetaba con fuerza el brazo sobre su espalda. Por la luz de la lámpara no podía verle la expresión del rostro, pero en su interior sabía que era algo que no quería recordar. El miedo lo atrapó sintiéndose vulnerable y con lo débil que estaba no sabía si sería capaz de soltarse. Aún así volvió a sacudirse. La imagen de Cellbit le vino a la mente y gritó con un sollozo en su ayuda.

Entonces todo el ambiente se pudo tenso cuando una de las manos de Spreen aprisionó su cabeza contra el suelo tan fuerte que su labio se rompió y su nariz comenzó a sangrar.

-Cállate puto- le gruñó el beta al darse cuenta de la marca en su cuello y le pasó sus uñas por arriba raspándole la piel.

Roier soltó un grito de dolor y las lágrimas hicieron presencia en sus ojos. La sangre pronto corrió por el borde de su cuello y él cayó vencido.

-No, no puede ser- la mujer exclamó -No puede estar marcado- se tocó la cabeza - Eso es la mordida de un alfa ¡Ni siquiera puedes servir ahora!- le gritó.

No Soy Tuyo, Gatinho || Guapoduo || (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora