-Mamá- el niño ignorante de ciertos asuntos caminaba contento al lado de su madre -¿Te imaginas que sea una alfa, o un omega? ¿como se sentiría? - exclamaba con entusiasmo y curiosidad.
-Serás un beta- afirmó la madre con su voz dura, como siempre.
-Mamá eso no lo puedes saber, después de mi accidente no hay nada que indique que vaya a ser beta. ¿No puedes ser más flexible en el tema?-
-No me repliques Roier. Serás un beta, estoy segura de eso y más te vale, nuestro futuro depende del resultado de hoy-
El niño giró su rostro hacia el otro lado frunciendo el ceño. Siempre era así con su madre, era lo que ella dijera y nada más.
¿Por qué no podría ser un alfa o un omega?, había escuchado de las complicadas relaciones entre ellos, de los lazos, de cómo sería pasar por un celo, experimentar cosas fuera de la mayoría. Era más interesante que la básica y rutinaria vida de los betas.Su madre era un beta. Su padre, no sabía.
Rubí nunca le hablaba de él y tenía prohibido tocar el tema. Había vivido los últimos años viéndola sumirse en la amargura y el odio a los que no eran betas.
¿Cuál sería su historia? eso era algo que seguro se llevaría a la tumba.
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Roier sentía sus palmas bañadas en sudor.
Llevaban más de media hora esperando el resultado que el doctor debía traer.
-¿Mamá, y si...?-
-No sigas- le cortó bruscamente -¿No ves lo estresada que estoy?, será mejor que esperemos calladitos- intentó suavizar el ambiente después de ver la expresión del rostro de su hijo.
La puerta de la oficina se abrió cinco minutos después. Un hombre canoso llevaba varios papeles en las manos, incluyendo un sobre que se lo entregó al más joven, el cual fue arrebatado de sus manos.
Su madre lo abrió y una sonrisa iluminó su rostro.
-Lo sabía, eres un beta, no tenía duda-
La decepción recorrió al más chico.
Esperaba otro resultado, ahora no se podía hacer nada. Era uno más del montón, de la rutina.
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Roier abrió sus pesados párpados. Dejó que sus ojos, poco a poco, se acostumbraran a la tenue luz de la... oficina? ¿Qué oficina?
La nebulosa en su mente se difuminó de golpe.
Se incorporó tan rápido que un denso mareo lo asaltó. ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba haciendo?
Miró el reloj en su muñeca y entrecerró sus ojos para enfocarlos, 10:15, no había pasado mucho tiempo.
-¿Qué eres?- una voz masculina cerca de él lo sobresaltó.
Roier se estremeció y alzó la cabeza buscando la fuente de aquella grave voz en la tenue luz de aquel lugar. Se encontró con su jefe sentado en la mesa frente al sofá donde estaba recostado.
El joven abrió la boca para volverla a cerrar.
Sus palabras se atoraron en la garganta mientras intentaba procesar la pregunta. ¿Qué?
-Respóndeme- exigió Cellbit serio, aunque ya parecía menos... ¿agresivo?, ¿excitado?...
Sus ojos habían retomado su claro color azul y sus feromonas parecían estar más calmadas. No había rastro de celo en aquel alfa, eso era un alivio.
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No Soy Tuyo, Gatinho || Guapoduo || (Omegaverse)
خيال (فانتازيا)Cellbit, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Roier, aunque hay dos problemas... Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Roier dice...