6- patada🦶

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(ese emoji es lo más cercano que encontré😭)

Colombia se encontraba cerca de los cinco meses de embarazo, y era el momento en el que comenzaba a sentir las primeras pataditas de su bebé. Esa noche, ella y Corea estaban acurrucados en la cama, disfrutando de un momento tranquilo viendo televisión juntos.

Corea se había acostumbrado a utilizar la pancita de Colombia como una especie de almohada, buscando comodidad mientras disfrutaba del cariño de su amada. Pero esta vez, algo inesperado sucedió.

Mientras Corea se encontraba recostado en la pancita de Colombia, sintió un pequeño golpe en la cabeza. Se quedó perplejo por un momento, sin comprender lo que acababa de suceder. Miró a Colombia con una mezcla de sorpresa y diversión en sus ojos.

Corea: (riendo) ¿Fue lo que pienso que fue?

Colombia: (con una sonrisa traviesa) Sí, cariño. Nuestro bebé acaba de darte un pequeño recordatorio de que no quiere ser tu almohada personal.

Corea se sienta al lado de Colombia, pues había entendido fuerte y claro que su bebe ya no quería ser una almohada personal.

Colombia: (emocionada) Es increíble, ¿verdad? Nuestro bebé está creciendo y haciéndose notar.

Corea: (acariciando la pancita con ternura) Se hace notar mucho, creo que hasta me dejo doliendo la cabeza (dramatizando)

El bebé parecía responder a las voces y caricias de sus padres, moviéndose con más energía. Colombia y Corea continuaron disfrutando de cada patadita, compartiendo momentos especiales y llenos de amor mientras contemplaban el milagro de la vida creciendo dentro de ella.

Colombia: (con una mirada llena de amor) Nuestro bebé es tan activo. Me hace sentir más conectada con él o ella.

Corea: (sonriendo) Sí, es como si estuviera tratando de decirnos que está aquí y que está ansioso por conocernos. No puedo esperar para tenerlo en mis brazos.

La pareja continuó acurrucada, disfrutando de la compañía y las pequeñas pataditas que alegraban sus corazones.

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Pasó apenas una semana desde que Colombia empezó a sentir las patadas del bebé, pero en lugar de encontrarlas emocionantes, se había convertido en una pesadilla. Las constantes patadas la dejaban agotada, especialmente cuando el bebé parecía dirigirse directamente a su vejiga. Lo que antes era un dulce deseo ahora se había vuelto un desafío para Colombia.

Colombia se encontraba sentada en el sofá, apoyando sus manos en la pancita mientras suspiraba con cansancio. Corea, que estaba a su lado, intentaba mantener una actitud positiva y reconfortante.

Corea: (suavemente) Cariño, entiendo que te sientas incómoda, pero debemos recordar que las patadas del bebé son una señal de que está creciendo saludablemente. Es un recordatorio de la vida que llevas dentro.

Colombia: (con frustración) Lo sé, Corea, pero es agotador. No puedo ni siquiera disfrutar de un momento de tranquilidad. Las patadas son constantes y a veces incluso me duele.

Corea: (acariciando suavemente la espalda de Colombia) Lo entiendo, amor. Es comprensible que te sientas cansada y agobiada. Pero recuerda que esto es solo una etapa. Pronto tendremos a nuestro bebé en nuestros brazos, y estas incomodidades serán solo un recuerdo.

Colombia dejó escapar un suspiro, deseando que el malestar desapareciera. A pesar de las palabras reconfortantes de Corea, no podía evitar sentirse abrumada por la situación.

Colombia: (con voz entrecortada) Me siento culpable por sentirme así. Sé que debería estar agradecida por cada patada, pero... simplemente me resulta difícil en este momento.

Corea: (tomando su mano con ternura) No tienes que sentirte culpable, cariño. Cada mujer experimenta el embarazo de manera diferente, y está bien tener momentos difíciles. Estoy aquí para apoyarte y cuidarte en cada paso del camino.

Colombia se aferró a la mano de Corea, agradecida por su apoyo incondicional. Sabía que tenía a alguien en quien confiar y desahogarse en los momentos más difíciles.

Colombia: (con lágrimas en los ojos) Gracias por entender, Corea. Aprecio tu paciencia y amor. Sé que estamos juntos en esto, y eso me da fuerzas para seguir adelante.

Corea: (sonriendo dulcemente) Siempre estaré aquí para ti, mi amor. No importa las dificultades que enfrentemos, superaremos esto juntos. Eres fuerte y valiente, y estoy orgulloso de ti.

La pareja se abrazó, encontrando consuelo y apoyo mutuo en medio de los desafíos del embarazo. A pesar de los momentos difíciles, su amor y compromiso se fortalecieron, preparándolos para enfrentar cualquier obstáculo que surgiera en el camino hacia la llegada de su pequeño milagro.

Con cada día que pasaba, Colombia encontraba consuelo en el amor y la comprensión de Corea, recordándole que no estaba sola en sus luchas. Juntos, seguían adelante, con la esperanza y la certeza de que todo valdría la pena cuando finalmente conocieran a su bebé.

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