11- Barriga y visita inesperada🤰

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El sol comenzaba a ponerse en el horizonte mientras Colombia y Corea disfrutaban de una tarde tranquila en su hogar en Corea del Sur. La barriga de Colombia se había vuelto notablemente grande, ya que su embarazo estaba en su octavo mes. Ambos estaban ansiosos por la llegada de su bebé y emocionados por la aventura que les esperaba.

De repente, alguien tocó la puerta. La visita inesperada tomó a Colombia y Corea por sorpresa. Al abrir la puerta, se encontraron con el hermano mayor de Colombia, Venezuela, que había venido a visitarla desde su país de origen.

Venezuela: (sorprendido) ¡Colombia! No puedo creer lo grande que está tu barriga. ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada?

Colombia: ¿me está diciendo gorda malparido? (ríe suavemente) lo siento, Venezuela. Quería que fuera una sorpresa para todos. Vivo tan lejos de la familia que quería compartir la noticia en persona.

La mezcla de emociones en el rostro de Venezuela era evidente. Por un lado, estaba feliz de ver a su hermana después de tanto tiempo y emocionado por la noticia del bebé. Pero también había nostalgia y preocupación en su mirada.

Venezuela: (con voz suave) Entiendo, Colombia, pero no puedo evitar preocuparme por ti. ¿Estás segura de que estás bien aquí, tan lejos de la familia?

Colombia: (afirmando) Sí, estoy bien, Venezuela. Corea ha sido increíblemente cariñoso y protector conmigo. No me falta nada estando aquí. Además, vivimos en un mundo conectado, así que podemos mantenernos en contacto fácilmente.

Corea observaba la interacción entre Colombia y su hermano, comprendiendo los sentimientos encontrados de Venezuela. Intentó acercarse y romper el hielo.

Corea: (con amabilidad) Hola, Venezuela. Soy Corea, el prometido de Colombia. Es un placer conocerte. 

Venezuela lo miró, aún algo distante, pero reconociendo la cortesía en sus palabras.

Venezuela: (con tono reservado) Hola, Corea. Gracias por cuidar de mi hermana. Pero sabes que los hermanos mayores siempre estamos preocupados por las hermanas pequeñas.

Corea: (asintiendo) Lo entiendo perfectamente. Pero quiero que sepas que la amo mucho y haré todo lo posible para que esté feliz y segura.

A medida que pasaban los días, Venezuela permanecía cerca de Colombia, aunque todavía mostraba una leve distancia hacia Corea. Sin embargo, a medida que compartían tiempo juntos, Venezuela comenzó a ver el amor y la dedicación de Corea hacia Colombia, así como su determinación de ser un buen padre.

Una noche, mientras Colombia descansaba, Corea aprovechó un momento a solas con Venezuela para hablar abiertamente.

Corea: (con sinceridad) Entiendo que te preocupes por Colombia, Venezuela. Pero quiero que sepas que nunca le haría daño y que la amo profundamente.

Venezuela: (suspiro) Sé que es difícil para mí aceptar que mi hermana ya es adulta y toma sus decisiones, incluyendo a quién ama. Solo quiero que sea feliz.

Corea: (con una sonrisa) Eso es lo único que quiero también. Creo que juntos podemos cuidarla y apoyarla en este nuevo capítulo de nuestras vidas.

Con el paso del tiempo, Venezuela comenzó a ver cómo Colombia y Corea formaban un equipo sólido y amoroso, y la distancia entre ellos se fue desvaneciendo gradualmente. A medida que el embarazo avanzaba, Venezuela decidió quedarse hasta el nacimiento del bebé para apoyar a su hermana y ser parte de la bienvenida a su sobrino o sobrina.

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