22- Hormonas🥵

94 5 1
                                    

El ambiente en la habitación era íntimo y cargado de deseo. Colombia, inundada por las hormonas y el deseo de estar con Corea, buscaba su cercanía. Ambos se besaban apasionadamente, con la promesa de una noche de pasión, pero Corea se detiene bruscamente, recordando las indicaciones del médico.

Corea: (con ternura) Lo siento, mi amor, pero el médico nos dijo que debíamos esperar un poco más.

Colombia: (frustrada) Pero ya han pasado cuatro semanas, Corea. No puedo aguantar más.

Corea: (acariciando suavemente su rostro) Sé que es difícil para ti, pero es importante seguir las recomendaciones del médico para asegurarnos de que estés completamente recuperada.

Colombia: (con tristeza) ¿Crees que ya no te atraigo? ¿Es eso?

Corea: (sorprendido) ¡No, para nada! Te encuentro hermosa, Colombia. Siempre lo has sido y siempre lo serás. Pero quiero asegurarme de que estés bien y que no haya riesgos para ti.

Las hormonas y las emociones se mezclaban dentro de Colombia, haciéndola sentir vulnerable y frustrada. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mientras intentaba contenerlas.

Colombia: (sollozando) No puedo evitar sentir que me rechazas porque mi cuerpo ya no es como antes. Las estrías, el abdomen abultado... me siento tan insegura.

Corea: (abrazándola con cariño) Mi amor, jamás te rechazaría por eso. Tu cuerpo ha pasado por una maravillosa transformación para dar vida a nuestros hijos, y te amo tal como eres. Eres la mujer más hermosa del mundo para mí.

A pesar de las dulces palabras de Corea, la frustración y las hormonas seguían afectando a Colombia. Sin poder controlar sus emociones, ella se aparta bruscamente y sale de la habitación, sintiéndose herida y confundida.

Corea: (preocupado) ¡Espera, Colombia!

Corea intenta seguirla, pero ella cierra la puerta con fuerza antes de que él pueda alcanzarla. Él suspira con pesar, sabiendo que su esposa está pasando por un momento difícil emocionalmente.

Al otro lado de la puerta, Colombia se siente angustiada por su reacción y se recrimina por haber dejado que las hormonas tomaran el control. Se siente insegura y vulnerable, pero también entiende que Corea solo quiere protegerla y cuidar de ella.

Después de unos minutos, Corea toca suavemente la puerta y habla con dulzura.

Corea: (suavemente) Mi amor, por favor, déjame entrar. Quiero estar contigo y hablar sobre esto.

Colombia abre la puerta y lo mira con los ojos llenos de lágrimas.

Colombia: (con voz temblorosa) Lo siento, Corea. No quería alejarme así. Es solo que... las hormonas me están afectando mucho.

Corea: (abrazándola con ternura) Lo entiendo, mi amor. Es normal sentirse así después del parto. Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, y te amo tal como eres, con todas tus imperfecciones y maravillas.

ღnuestro regalo más belloღ 🇨🇴x🇰🇷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora