I: Bye North America

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-¡Muchas gracias Las Vegas!- Gritó Damiano despidiéndose del público. Sudados y realmente agotados, nos despedimos de la gente y salimos detrás del escenario.

Diez y seis de diciembre, Las Vegas, último concierto antes de unas vacaciones por Navidad. Estoy hasta el coño de tanto concierto fuera de casa. Y hasta el coño de tanto norte América. Por fin, el año que viene cuando retomemos la gira.. ¡Iremos por Europa! Me hace bastante más ilusión. Siendo sincera, creo que, no seré capaz de ir a Barcelona sin desbloquear recuerdos. Prácticamente ya lo tengo todo olvidado, pero no me siento preparada. Tengo tiempo al menos, cuatro meses, lo suficiente para mentalizarme.

-Ven aquí.- Me dijo Damiano atrayendo mi cuerpo al suyo y abrazándome con su brazo derecho. Sonreí. Me sentía bien, un poco eufórica también.- ¿Como te sientes?

-¿Después del concierto?- El asintió con la cabeza.- A parte de sudada muy bien, demasiado creo.

-Tú lo que piensas es en las vacaciones, no en el concierto, tramposa.- Me dijo divertido.

-¿Qué harás por cierto?- Añadió Vic acoplandose a la conversación.- En Navidad digo.- Agregó después mirándome a los ojos. Se refería a mi, claramente. Todos tenían una familia con la que pasar las fiestas, los cuatro... y yo por motivos evidentes no tengo con quien hacerlo.-¿Irás a ver a tu fami...?

-Mi familia está muerta.- Solté de repente. Estaba cansada de ocultarlo.

Un silencio se creó en el pasillo por el que caminábamos. Damiano miró hacia el suelo, él es el único que lo sabía, supongo que tampoco se esperaba que dijera eso. Victoria, en cambio, me miró. Su rostro reflejaba comprensión y a la vez sorpresa. Abrió la boca varias veces, no sabía que decir. Y como yo tampoco quería decir nada comencé a caminar más rápido hacia Thomas que estaba a pocos metros de nosotros.

No le dije nada, solo me agarré de su brazo igual de sudado que todos y caminamos hacia el camerino. Él tampoco lo hizo, lo agradecí, no quería hablar con nadie.

Al entrar al camerino fui directa a las duchas. Son las típicas duchas de gimnasio o piscina. Antes de entrar a una me desvestí por completo, me daba igual que alguien me viera desnuda, ya lo suelen hacer. Agarré de mi neceser, que estaba sobre la pica, los champús y jabones. Entré a una ducha y encendí el grifo.

Un chorro de agua fría golpeó mi cabeza y bajó al rededor de mi cuerpo. Tal vez estaba demasiado fría pero no me importaba demasiado, después de todas las horas en el escenario solo necesitaba algo helado para quitar todo el calor corporal de mi.

Mientras enjabonaba mi cabello escuché como alguien entraba. No sabía quien era y tampoco lo iba a preguntar. Escuché también como la ducha de mi lado derecho se encendía.

-Alda.- Me llamó Vic desde ella.- Me sabe fatal lo que te pasó y también no haberte dicho nada cuando me lo contaste. Lo siento, no supe como reaccionar.

Me tomé unos segundos en contestar.

-No pasa nada. No te preocupes.- Respondí.

-Y si quieres... puedes pasar la Navidad conmigo. Tal vez no es el mejor plan, pero mi familia te aceptaría encantada y yo también, ya lo sabes.

-No sé Victoria. No te preocupes ya veré que hacer. Gracias igual.- De verdad se lo agradecía pero en ese momento dije las palabras sin sentirlas. No sentía nada.

Sin decir nada más terminé de ducharme. Cuando salí de la ducha vi a Damiano, con una toalla envuelta en la cintura, mientras se afeitaba el rosto.

-¿Qué pasa hermosa?- Me dijo al ver que me había quedado quieta mirándolo.

Maneskin 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora