XII: primera tarde, poco productiva

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El resto del día transcurrió tranquilo. Algunos fueron a excursionar por la zona, yo solo salí una vez por la tarde. Estábamos Ethan y yo solos. No queríamos mucho jaleo y Victoria y Nica, junto a alguien más ya se estaban motivando. Así que él decidió llevarme a un río que había cerca. ¿De dónde sacaron este lugar? Es increíble y precioso. Me tenía alucinada.

-Estoy agotado, necesitaba salir de ahí un poco.

-Y eso que viniste prácticamente al medio día. ¿Que pasa?- Nos sentamos en el suelo del campo, otra de las cosas que me sorprende tanto es que esté todo tan limpio, y ya no lo digo por basura, lo digo por barro e insectos.

-No quiero que suene a enfado pero necesito un respiro con Laura. La quiero mucho, me sabe mal. Pero está muy motivada, cariñosa y eufórica... necesito estar solo.

-Yo estoy aquí, ¿Quieres que me vaya?

-No, para nada. Contigo es diferente. A veces se te sale lo esquizofrenica pero eres tranquila. Puedo estar contigo cuando estoy mal y se que vas a apoyarme y hacer todo lo posible porque me sienta bien.- Sonrío. Me gusta esta percepción que tiene de mi. Ethan se tumba en el suelo, con la cabeza apoyada en mi regazo. Y cuando lo hace, su largo cabello se deja caer sobre mis muslos, como una pequeña manta.

No quiero decir nada, no sé que decir en realidad. No quiero molestarlo ni decir nada que pueda alterarlo, es un momento bonito. Así que simplemente me limité a acariciarle el cuero cabelludo, el resto del cabello, y a ratos el hombro o el cuello. Lo sentía relajado, pues tenía los ojos cerrados y sus respiraciones hasta podían llegar a parecer ronquidos.

-Mm te quiero Alda.- Gruñó.

-Yo también.

-¿Como te han ido las vacaciones?

-Bien, aburridas. Como esperaba, no tenía las expectativas altas. ¿Las tuyas? ¿Has echo algo interesante?

-Bueno, he pasado con Laura la mitad de las vacaciones. El resto las he pasado solo, nada del otro mundo.

-Sinceramente... la vida es una mierda. El trabajo agobia, y las vacaciones aburren. Cuando estoy trabajando deseo que lleguen las vacaciones, y cuando estoy de vacaciones deseo volver a trabajar.

-Te gusta tu trabajo, eso es bueno.

-Nunca me imaginé que llegaría a estar aquí.- Imité a Ethan, cerré los ojos y me dejé caer sobre el césped.

-Yo tampoco. Pasó todo tan de repente. Damiano nos dijo que te quería unir al grupo, lo hablamos, dijimos que sí, viniste, y ya formas te parte de la familia.

-Si pudieras, ¿volverías atrás en el tiempo a cuando yo no estaba?- Era una pregunta profunda, que creo que en algún momento debería de hacerle a cada uno de los miembros de la banda.

-No me gusta volver a atrás. Ya lo he vivido, si el destino cambió las cosas es por algo. Te puso en nuestras vidas, yo no te quitaría de ellas.- Sonreí. Que bonito es este chico. A veces me pregunto porque me metí con Damiano y no con el. Supongo que le hubiera echo daño. Como dice, estábamos destinados a ser así.

-¿Te puedo hacer algo en el pelo?- Solté la pregunta mientras se lo acariciaba. Admiro sin duda el cabello de Eth. Es larguísimo, liso y suave... El sueño de toda mujer.

-Claro que sí. De hecho lo agradecería.

Sentada con las piernas cruzadas y su cabeza sobre ellas comencé a peinar su cabello con las manos.

-¿Te puedes sentar? Así ni te puedo peinar bien.- Como le dije, se sentó delante de mi. Recogí el pelo en tres franjas y lo comencé a trenzar.

-Que bonita.- Dije al terminarla.- Que guapo estás.

Maneskin 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora