XVIII: Torno a casa

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ALDA

Ya era cuatro de enero, básicamente ya nos íbamos a casa. Se habían acabado las fiestas, navidades y quedadas. Pero a nosotros todavía nos quedaba lo peor de la quedada: recoger. Así que nada más levantarnos, nos arreglamos y recogimos nuestras cosas.

Victoria y yo estábamos sentadas en el suelo, entre nuestras dos literas, haciendo la maleta.

-¡Ay!- Exclamó Victoria de repente.- ¿Sabes de qué me acabo de acordar?- La miré expectante.- De la vez que llendo de compras, una de tus bolsas comenzó a pitar en una tienda...

<<La mató>> pensé, tenía claro que estaba por decir.

-... Y tuviste que sacar el satisfayer en frente de todo el mundo.

-Encima el satisfayer era tuyo.- Le recordé. Lo llevé yo porque ella llevaba muchas bolsas en la mano y le hice el maldito favor de llevarlo. La vergüenza que pasé ese día fue horrible.

-Pues, ¿sabes? No sé si recordarás tú esto... esa vez en el instituto en la que, te tropezarse y tiraste el asqueroso puré de patatas de la cafetería encima de tu crush, tu querido Angelo.- Le dediqué una dulce sonrisa, todas teníamos recuerdos vergonzosos que sacar en cara. Su rostro pasó inmediatamente a uno de asombro y enfado.

-¿Como sabes eso?- Me encogí de hombros.- Solo lo sabe Martina.

-Y las aproximadamente cincuenta personas que estaban ahí ese día. ¡Ah! Y yo.

-La mato...- Se rió refiriéndose a Martina, supongo que había deducido que obviamente me lo contó ella.

-¿A quien matas?- Preguntó su hermana sentándose en la litera más cercana a la nuestra mientras se secaba el cabello con una toalla. Un suave aroma a coco me inundó la nariz, se acababa de duchar.

-A Martina...- Respondí por ella, aunque quise cambiar de tema, estábamos hablando Vic y yo, no quise tener que explicar la historia dos veces.- ¿Vamos a despertar a Ethan?

-Seguro que aún no han podido arrancarlo de la cama.- Me correspondió Victoria.

-Ya voy a despertarlo yo.- Me giré al momento para ver como Laura, con una mirada de odio increíble, nos dedicaba esas palabras. Dicho eso, cogió la puerta y se fue.

Nos dedicamos una mirada de básicamente: "yo flipo con esta tipa". No hay quien entienda a Laura...

DAMIANO

Cuando me desperté me sentía totalmente indiferente. No me sentía desmotivado pero tampoco estaba en un día bueno... no me sentía nada, sabía que hoy sería uno de esos días de: "sobrevivir, no vivir". O sea vivir el día sin sentir pensamientos muy repentinos.

Tras salir de la ducha Alessandro la ocupó por mi. Las chicas, al tener una habitación enorme, tenían un montón de vateres y duchas. Tampoco me sorprende, tardan horas en arreglarse.

Me vestí rápidamente con unos tejanos grises y un top que pone "crush" con brillantes.

Me daba una mandra horrible tener que recoger todas mis cosas, ya lo haría luego.

La puerta del dormitorio se abrió de golpe, giré la vista para ver a Laura, quien entraba con una falsa sonrisa.

Se acercó a la litera de Ethan, claro, probablemente lo iba a despertar.

-Ethan...- Le susurró. Me quedé mirándolos, aunque me parecía realmente aburrida la cursilería de Laura.- ¡¿Que coño es esto?!- Exclamó con una voz irritante. Estoy empezando a entender a Alda. Cogió con los dedos en pinza, como si le diera mucho asco, un sujetador de la litera de arriba de la de Eth. Lo peor es que no era cualquier sujetador, era rojo putón, de encaje y todo... Era de Alda, lo tenía claro.

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