-Dejala, ella es así, ya lo sabes.
Martina y yo quedamos finalmente a los dos días para hacer la compra. Me cayó muy bien, ya lo sabía. Hablamos de muchas cosas, entre ellas le conté lo que pasó con Victoria el día que me tatué.
Por cierto, el tatuaje quedó increible. Me duele bastante con el roce del pantalón pero en un par de semanas estará perfecto.
-Lo sé. Pero estaba realmente rara.
-¿Aún no habeis hablado? Me has dicho que te dijo de hablar "luego".
-Ese "luego" nunca llegó.
-Deberías llamarla tú.- Me propuso.
-Puede ser. Ya lo haré...
A los pocos minutos Martina aparcó el coche en el parking del Carrefour.
-¿Con un carro tendremos suficiente?- Le pregunté cuando cogió uno de la fila. Nunca había echo una salida de este tipo, no sabía cuanta comida había que comprar. Me miró con una cara de: "Se lo mismo que tú, ni puta idea".
-Coge tú uno. Por si acaso.
-Sí.- Saqué una moneda del bolsillo y saqué el carro.-¿Vamos?
La compra no se hizo ni pesada ni aburrida. Me lo pasé decentemente bien. Nos reímos un poco y compartimos anécdotas (la mayoría de Victoria). Era lo que teníamos más en común, era divertido conocer anécdotas vergonzosas suyas. Aunque estábamos enfadadas o eso creo, sería divertido recordarle esos momentos cuando nos molestemos en coña. Porque tengo claro que lo vamos a solucionar todo.
-¿Quieres ir a tomar algo?- Me preguntó.- Cuando terminemos de... ya sabes, guardar todo esto.
Estábamos vaciando la compra de los carros al maletero del coche. Al final llenamos los dos. Aunque tal vez sobraban muchas cosas. Esta salida no había estado mal. Al contrario, me sirvió para conocer a Martina y entretenerme un poco, que no me iba mal. Pero creo que tuve suficiente como primera salida. No la conocía mucho y no me veía pasando más tiempo con ella.
-La verdad es que tengo planes para ir a comer. Lo siento.- Asintió con la cabeza.
-¿Te dejo en casa?
-Si no te va mal...
De camino, Martina puso música y descubrimos que no tenemos un gusto musical muy distinto. O sea, pues si son distintos pero los suyos son escuchables.
-¿Tú que escuchas? Puedo poner algo que te guste.- Propuso.
-No te preocupes, escucho de todo.
Optó por poner una playlist de canciones calmadas, bonitas. Me dió que pensar. Me gustaría algún día componer yo una canción de este estilo.
Unas pocas canciones después llegamos al piso.
-¿Entonces te quedas tú con la compra hasta que alquilemos la furgoneta?- Le pregunté a la vez que me desabrochaba el cinturón de seguridad. La compra llenaba todo el maletero y parte de los asientos traseros.
-La verdad necesitaré los asientos de atrás. Antes de que nos vayamos viene mi familia y tendré que llevarlos yo.
-¿Me ayudas a subrirlo todo, entonces?- Asintió con la cabeza y ambas nos bajamos del coche. Llenamos el ascensor de bolsas y lo subimos a la segunda planta. Tuvimos que hacer un par de viajes, ya que la compra no cabía. Dios mio, ¿como acabé aquí? Y peor, ¿como puedo sentirme tan bien estando así de mal con Victoria? La amo joder, en vez de estar aquí compartiendo chisme con Martina tendría que estar solucionando las cosas con ella. Pero... aún no la entiendo. Aún no entiendo del todo su enfado y siento que lo voy a joder todo diga lo que le diga.
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Maneskin 3
FanfictionEn esta tercera parte Alda tratará de adaptarse a los nuevos hechos presentes en su vida. Aprenderá a amarse, a adaptarse, a descubrir y aprender de las cosas negativas.