XXI: Young and beautiful

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ALDA

-¡¿En serio les has dicho que vayan juntos?!- Me recriminaba Victoria mientras yo, sin hacer mucho caso, le daba un lengüetazo a mi helado.- ¡Te has gastado un pastizal! Al menos haber ido con ella.

-¿Un pastizal? ¿Me lo estás diciendo tú? Victoria dejame decirte que no eres la más indicada para esto, te gastas un dineral en todas las chorradas que ves.

-¡No son chorradas!- Justificó.- Pero ya que se lo regalas, podrías haber aprovechado.

-¿Y crees que Giorgia hubiera preferido ir conmigo? Lo he hecho bien, lo tengo claro.- Dije zanjando el tema.- Sujetame esto.- Le tendí a Vic mi helado ya que vi que tenía un cordón desatado. Cuando Victoria lo cogió me agaché para atarlo. Al levantarme Vic le estaba dando un lengüetazo.-¡Victoria!

-Perdón.- Dijo riendo y me devolvió el cucurucho.

Habíamos quedado un día después del cumpleaños de Giogia para dar un paseo por las calles de Roma. Hacía tiempo que queríamos quedar a solas.

-¿Podemos sentarnos?

-Vamos a ese parque.- Propuse señalando con el cucurucho de helado hacia el parque que estaba en frente de nosotras.

Cuando nos sentamos en un banco, pude notar miradas disimuladas de Vic.

-¿Sabes? He pensado ir a un psicólogo.

-Me parece bien.- Admitió.

-Creo que un especialista puede ayudarme a manejar mis emociones, más que Damiano.- Bromeé, Victoria sonrió.

-Es un poco como tu psicólogo, sí. Pero le gusta hacerlo.- Le miré a la cara, parecía sincera.- Eres importante para él, le gusta ayudarte, así que creo que le gustaría saber tu idea.

-Se lo diré cuando hablemos.

-Por cierto... ¿Te apetece ir de compras? Hace mucho que no lo hacemos, y necesito renovar mi armario.- Me dedicó una sonrisa.

-Me parece que tienes suficiente ropa para sobrevivir pero si tú lo dices... Aunque la verdad es que no he cogido mucho dinero.- Admití y de li un último bocado a mi helado, Victoria ya se lo había acabado hace unos segundos.

-Yo sí. Si te gusta algo puedo comprártelo yo.

-Asi que ¿ya tenías planes de ir de compras?- Enarqué una ceja.

-Bueno, ya lo había pensado, pero si es por el dinero, yo siempre llevo la tarjeta... y no vacía.- me guiñó un ojo.

-¿Vamos?- Nos levantamos del banco y salimos del parque.

-¡Mierda!- Exclamé nada más entrar al centro comercial. Me agarré al brazo de Vic apretandolo.- joder, joder...

<<Soy subnormal, joder, soy horrible...>> Pensé. Era verdad, me sentía la peor persona del mundo. Victoria me miró sorprendida y preocupada.

-¿Que pasa?

-¡Damiano!- Exclamé.- Mañana es su cumpleaños, y yo me había olvidado.

-¡Joder!- Soltó un grito que hizo que la gente de nuestro alrededor se girara hacia nosotras.

-¿Tú tampoco te acordabas?- Me sorprendí.

-¡¿Que le regalamos?!- se puso delante de mi, esperando una respuesta.

-Eso es lo de menos, joder, soy horrible... El otro día cuando hablamos sobre el cumpleaños de Giorgia me acordé, pero dije que lo miraría más adelante para centrarme en el de ella. Y ahora...

-Alda mírame.-Le hice caso.- Lo pasado, pasado está, el caso es que ahora hay que buscarle un regalo en una tarde. Así que cualquier idea es bienvenida.

Maneskin 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora