XVII: Last night

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Cenamos todos juntos en el salón. Incluso Laura, a la cual Ethan tuvo que ir a despertar porque aún no había bajado.

Ya era la última noche, mañana nos iríamos a casa otra vez. Sólo eran dos días, soy consciente, pero estaban pasando demasiado rápido.

-Les machacamos.- Damiano comentaba con un bocado de pizza en la boca. Les estaba contando a los cocineros de la cena de hoy como nos fue en el póker.

-Solo nos ganaron por una partida.- Comentó Chiara, bajando a Damiano de la nube en la que estaba. Razón no le faltaba, íbamos muy empatados.

-Da igual,- siguió él- el caso es que os ganamos. Ese era el objetivo.

Seguimos comiendo. Ellos iban hablando de temas aleatorios, pero no estaba prestando nada de atención.

No tenía hambre. Me sentía algo agobiada por mis propios pensamientos. Era el último día, no quería volver a Roma. Me tocaría volver a vivir sola, no salir de casa... me agobiaba esa vida. Si que es verdad que ya no hay más fiestas, el grupo y yo nos veríamos más, pero... las cosas cambian, y pueden hacerlo repentinamente.

El caso es que entre tantos pensamientos, se me había quitado el hambre. Nos tocaba una media pizza por persona, de la cual a penas me comí la mitad. No quería dejarla, me forcé a comerla, pero a medida que todos iban terminando, iban dejando sus platos en la cocina y iban subiendo a las habitaciones o llendose a fuera a fumar, me fui quedando sola.

Al final solo quedamos Thomas y yo. Estaba sentado en el sofá de enfrente. Él miraba su plato con algunos trozos de pizza sobre él. Estábamos en la misma situación, lo sabía.

Sin pensarmelo mucho me levanté de mi asiento y me senté a su lado con mi plato entre las manos.

-¿Estás sin hambre?- Le pregunté aunque sabía perfectamente la respuesta. Thomas y yo ya hablamos mucho de problemas alimenticios. Asintió con la cabeza apretando los labios.

-¿Tú tampoco tienes?- Le ví levantar la cabeza e hicimos contacto visual.

-Lo de siempre: pensamientos que quitan el hambre.- Pasaron unos segundos de silencio.- Deberías comer un poco más, ni que sea la mitad de lo que te queda en el plato.

-Tú también.- Miró de reojo la comida que sostenía entre mis manos.

-Ya.- Apoyé la cabeza en el respaldo del sofá.- Es fácil decirlo, ¿Cierto? Pero después es realmente difícil terminarse un puto plato de pizza.

-Podemos dejarla en la cocina...- Propuso- y terminarla de aquí un rato.

-Ambos sabemos que no nos la vamos a acabar, pero me parece bien.- Sonreímos y nos levantamos del sofá a la vez. Dejamos los dos platos sobre el mármol.

-¿Me acompañas a fumar?- Me propuso.

Cuando salimos al exterior Ethan y Damiano estaban fumando en los bancos, iluminados por unas pequeñas luces que colgaban del exterior de la casa.

-¿Ya habéis acabado de cenar?- Nos preguntó Damiano mientras Thomas se encendía el cigarro.

-Nos habéis dejado completamente solos.- Comento.

-Estabais juntos.- El mismo se encogió de hombros.

-¡Hola familia!- Exclamó Victoria. Salió junto a Nica y Martina. A los pocos segundos salió Lavinia.

-¡Hola!

-¿Qué pretendemos hacer ahora?- Preguntó Vic sentándose en mi regazo en el banco. Pasé mi mano por su cintura, y la dejé apoyada allí.

Maneskin 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora