Maneskin 3

II: Las navidades están dejando de gustarme

Sentada en el avión, de camino a Italia, mi querido y falso país de nacimiento.

-¿Como te encuentras?- Preguntó Dam a mi lado. Dejó su mano sobre mi muslo. Sentir el calor de su piel fue agradable, siempre es agradable sentirle a él. Tras decir eso su mirada pasó a mi rostro, esperando mi respuesta.

-¿A parte de algo mareada?- Le respondí con otra pregunta.

-Ajá.

-Pues no sé. En general estoy bien, pero cuando Vic me preguntó por mi familia, comencé a plantearme algunas cosas.- Estoy orgullosa de poder contarle a Damiano todo lo que me pasa, se que siempre me va a ayudar, al igual que yo a él.

-¿Qué.. qué cosas?

-Nada, da igual. Solo es una tontería. Olvídalo. Solo quería decirte esto.

-Alda ¿En serio? Después de todo ¿Me vienes con que es una tontería? Cuenta.

-O sea que piénsalo.. Realmente ¿Que voy a hacer en vacaciones? ¿Estaré en el piso de Los Ángeles?

-Vente conmigo, sabes que no molestas para nada.

-¿Llevar a la novia y al cuerno? ¿En serio Dam? Tu madre me cae muy bien, ya lo sabes, pero no lo veo.- Igualmente agarré la mano que tenía en mi muslo con la mía. No las movimos, pero era de las únicas maneras que podíamos usar para sentirnos la piel en los asientos de un avión. Dam me miró comprensivo.

-Ya veremos Alda. Tampoco te preocupes de más, aún te queda un poco para eso.

-Gracias.

-Ni las des. Sabes que estoy para ayudarte.

No hablamos mucho más durante el viaje. Su mano no salió de mi muslo excepto para beber agua y esas cosas, cada vez que lo hacía después la devolvía allí. A ratos lo apretaba o me miraba a los ojos.

-¿Qué?- Le preguntaba con una sonrisa nerviosa cada vez que lo hacía.

-Cállate de una vez. Sólo dejame disfrutar de ti.

-¡Chicos!- Nos llamó Victoria al aparecer a nuestro lado.- Hemos tenido una idea.

-Sorprendeme.- Dijo Dam algo animado. Vic me miró, esperando mi respuesta.

-A ver, cuenta.- Respondí como diciendo: "¿Que remedio?"

-Pues hemos pensado que, como no nos veremos demasiado durante las vacaciones podríamos organizar un día para ir los cinco a pasar una noche en una casa rural. De hecho ellos habían pensado en pasar el día en la montaña y luego dormir en un refugio, pero ya me conoceis, no me gusta ensuciarme. Bueno... ¿Que os parece?

-A mi me parece bien.- Respondí reacomodandome en el asiento.- Pero preferiría hacer la idea de los chicos.

-Eso es algo que también se podría y debería hablar.- Propuso Damiano asintiendo con la cabeza.

-¿Lo hablamos más tarde?

-Claro.- Vic sonrió y se fue hacia su asiento.

...

Al llegar a Roma ya nos teníamos que despedir. Me daba algo de miedo, ya que tendría que vivir sola, y no hago esto desde antes de unirme al grupo.

Como Dam viviría con Giorgia me dejó su piso a mi. Pero ¿Que haría yo sola en su casa? Y peor ¿Que haría en Navidad?

-Bueno chicos...- Dijo Damiano al encontrarnos todos en la puerta del aeropuerto.- Pues hasta aquí...

-Que dramático..- Dijo Eth.- Ni que la banda se estuviera separando.

-Técnicamente...- Agregó Thomas.- Sí nos estamos separando.

-Ya sabes a que me refiero.- Le respondió con un tono de voz cansado.

-Bueno Alda.- Me dijo Victoria a mi, ignorando las peleas absurdas de los chicos.- Ven aquí.

Como siempre nos abrazamos. ¿Que otra cosa íbamos a hacer? Pero esta vez, como las otras últimas lo sentía diferente, la sentía a ella de manera diferente.

Hundí mi rostro en el hueco de su clavícula. Oliendo su cuello. Sentía todo su cuerpo pegado al mío, ambos se encajaban de manera perfecta cuando nos abrazabamos.

Levanté la cabeza y nos miramos a los ojos. Una pequeña sonrisa alegraba su cara. No decíamos nada. ¿Porqué? ¿Que nos impedía soltar palabra alguna?

Ví como su rostro se acercaba al mío. Y el mío al suyo, ambas queríamos hacerlo. Nuestros labios se unieron, haciendo que deje de pensar en cualquier cosa. Aunque me paré a pensar en algo... Victoria de Angelis y yo. Besándonos. En público. ¿Que cojones pensará la gente? E incluso los chicos. Porque realmente estaba comenzando a sentir este gesto como algo romántico.