VII: Damiano me sorprende cada vez más

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-¿Es buen momento para darte mi regalo de Navidad?

-¿Tienes algo para mi? Pensaba que tú regalo era venir a verme.- Dije algo desanimada. Yo no tenía nada para Dam y él se estaba currando un montón de cosas.

-Bueno, este era mi principal regalo, luego surgió la idea de venir contigo. No quería que estuvieses sola.- Me dedicó una sonrisa, algo triste.

-Gracias Dam. Bueno ¿que es? El regalo digo.

-Que poca paciencia.- Dijo irónico. Se levantó del sofá y de acercó a una de las bolsas que trajo junto al pollo.- No es la gran cosa... pero es un detallito. Lo vi y dije: Tiene que ser tuyo.- Me tendió la bolsa de papel, rosa, sin ningún tipo de letra, ni estampado, es completamente lisa.

Al separar los dos lados de la bolsa, vi un paquete envuelto en papel rosa con estrellitas blancas. <<Que lindo>> pensé, <<Tanto el detalle como el que lo ha hecho>>. Con cuidado saco el paquete. Es blando, algo de tela. Me quedé mirándolo sonriente, orgullosa, feliz.

-¿Lo vas a abrir hoy?- Saliendo de repente de mis pensamientos, miro a Damiano.

-Sí, perdona. Es que...- Intenté justificarme, pero no encontraba palabras para describir nada de lo que pasaba por mi mente el aquel momento.

-Solo ábrelo.

Rompo el papel, dejando al exterior un conjunto de ropa. Voy sacando las prendas una a una. Lo primero que veo es un top de tirantes de algodón lila, junto después, un short de tela de encaje de color más rosado. Un pijama.

Después veo que hay más cosas. Un tanga y un sujetador iguales al pantalón, del mismo encaje.

-A ver si así te animas a dormir más noches conmigo.- Comenta con una sonrisa nerviosa cuando ya he visto todo el regalo.

-Me parece que lo que quieres no es precisamente dormir.- Rio también.

-¿Quién sabe?- Levanta las cejas divertido y yo lo miro a él.

-Gracias, me encanta Dam.

-Y eso no es todo.

-¿No?- Exclamó sorprendida.

-Falta un pequeño detalle.- Dijo haciendo el típico gesto de "pequeño" con el indice y el pulgar. Se sienta a mi lado en el sofá, mirandome a los ojos. Me fijé en los suyos, marrones, brillantes, intensos... Me encanta perderme en ellos cada vez que los miro.

De detrás suyo saca una cajita. De un palmo de largo y unos cuatro dedos de ancho. Negra, de terciopelo. La abrí y me quedé literalmente con la boca abierta. Una cadena plateada en la que colgaba una piedra rosa, de forma irregular, súper realista, relucía el interior.

-Es precioso... es increíble Dam...

-Me recordó a ti, por el rosa. Detrás de todos tus otros colores el rosa brilla. Ese lado tierno y cariñoso de ti. El detallista, el sonriente, el infantil. Por eso te veo de ese color. Pienso que a pesar de que en algún momento no reflejes nada de esos sentimientos o emociones, el collar lo hará por ti.

-Es increíble. Yo...- lo miré- No se que decirte, no me lo esperaba.

-Ven aquí.- Me quitó la caja de las manos y la dejó en la mesita. Tras eso me envolvió en sus brazos. Iba a llorar y ni siquiera sabía exactamente porqué. Me sentía bien, segura. Y creo que esa era mi forma de expresarlo en ese momento.

-¿Te puedo besar?- Pregunté al mirarlo. Deseaba hacerlo. Necesitaba sentirlo de esa forma, pero también necesitaba que él estuviera de acuerdo. Sin ni siquiera abrir la boca, asintió de forma lenta con la cabeza. De la misma manera mi rostro se acercó al suyo y nuestros labios de unieron, suavemente, disfrutando de sentirnos mutuamente.

Lo amaba. Demasiado. Tanto que no sabía expresarlo. Ni todos los "te quiero" servían en comparación con lo que realmente sentía. No eran nada. Lo peor es que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí. ¿Como había llegado a amarlo tanto? Es increíble como uno puede llegar a sentir tanto por otro ser humano más, solo por todo lo que pasan juntos. Es increíble como yo llegué a sentir eso por Damiano. Es increíble pensar en cómo llegué a este momento, y todo lo que pasé anteriormente para que el destino me llevara a estar ahora mismo con él.

Maneskin 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora