Damiano y yo cogimos el mismo coche. Su casa (la que ahora sería mia), y la suya (que es la de Giorgia), están relativamente cerca.
-¿Puedo preguntar que cojones a sido eso?- Me dijo centrado en la carretera.
-¿Que es "eso"?- Dije poniendo énfasis en la última palabra. Odio cuando me dicen algo sin decírmelo, no entiendo nada.
-"Eso" es el beso entre chicas que os habéis dado en la entrada del aeropuerto. Sabéis de sobras la norma de "no besaros en público".
-A mi ni me preguntes. Ni siquiera lo sé yo.- Me pasé la mano por la cara.
-O sea ¿Crees que ese beso fue con otro significado?- Me echó una ojeada por el rabillo del ojo.
-No... no lo sé, dejalo.
Al llegar a la portería de mi futuro piso Dam me entregó las llaves antes de que yo bajara del coche.
-Cualquier cosa llamame, ¿Entendido? Si necesitas ayuda con algo del piso, si te sientes sola... lo que sea. Y porfavor no incendies la cocina, que eso lo tendría que pagar yo.- Nos reímos un poco, aunque creo que yo más bien lo hice para ocultar mi nerviosismo. Estaba nerviosa, sí, mucho, y ni siquiera estaba segura de porqué.
-Lo haré Dami. Y tú también, llámame si necesitas cualquier cosa.
-No te preocupes.- Dijo restándole importancia.
-Si lo hago Dam, te conozco y se que eres capaz de no decirme nada por no molestar. Así que juramelo.
-Te lo juroooo...- Puso los ojos en blanco y luego se rió.
-Nos vemos en....
-Un par de días.- Continuó por mi.- Como mucho. No aguantaría más.
-Te echaré algo de menos. Aunque nos veamos, echaré de menos que vivamos juntos.
-Yo también.- Me sonrió.
-Hasta cuando sea.
-Hasta cuando sea preciosa.
Me bajé del coche y cogí mis cosas del maletero. Al terminar de hacerlo Dam arrancó el coche y se marchó.
Entré al piso. No había nada diferente en él. Nadie vive allí.
Aunque tal vez sería algo intrusivo para Dam decidí quedarme con su habitación. Fui hacia ella y dejé allí todas mis cosas. No deshice la maleta, no me apetecía, solo la dejé en los pies de la cama y me fui hacia el comedor.
Hay una puerta doble que da a la cocina. La cual crucé para ver en qué condiciones estaba y qué tendría que comprar. Abrí varios armarios y con lo único que me encontré fueron latas en conserva de atún y esas cosas. Definitivamente debía ir a comprar de todo.
Como todavía era decentemente pronto, no lo iba a hacer ahora. Ya miraría por ahí que comer. Volví al comedor y me eché en el sofá. Cansada, aburrida, muerta de sueño... No me apetecía hacer nada. Así que tal como me tumbé en el suave y cómodo sofá de piel, entré en un profundo sueño.
Al despertarme nada a mi alrededor había cambiado. Nada se había movido, no había ningún ruido que no hubiera antes... Todo seguía igual, mi vida también seguía igual.
Decidí levantarme y hacer todas (o casi todas) mis cosas pendientes, entre ellas una que corría bastante prisa. Agarré mi portátil de la maleta y volví al comedor, donde me senté de nuevo en el sofá. Entré a Internet y busqué como loca. Tardé, tardé bastante en encontrar lo que buscaba pero por la felicidad de Dam valía la pena. Esto sería algo perfecto para animarle ya del todo.
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Maneskin 3
FanfictionEn esta tercera parte Alda tratará de adaptarse a los nuevos hechos presentes en su vida. Aprenderá a amarse, a adaptarse, a descubrir y aprender de las cosas negativas.