Capítulo 3

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Pete POV

Las citas a la clínica eran una vez cada quince días, la doctora estaba preocupada por el estado del cachorro después del accidente y a pesar de no tener señales de daño interno, prefería mantener una vigilancia constante, esta era la segunda vez que estábamos aquí desde que me dieron el alta, pero era el tercer ultrasonido que podía recodar, según mi historial médico, al momento del impacto con el auto, yo ya estaba enterado de mi estado, había asistido en un laboratorio semanas antes y los resultados fueron positivos.

A veces creía recordarme abriendo el sobre con la prueba del embarazo, pero también creía que mi mente solo rellenaba los cuadros con la información que me iban dando, ya que las vagas imágenes en mi memoria eran más bien hueca, no tenía sentimientos en ninguna de ellas, era difícil aceptar que fueran reales.

―Su corazón se escucha bien y tiene el tamaño perfecto para un bebé de tres meses. ―musitó la doctora con una amplia sonrisa dirigida a nosotros, le sonreí de vuelta mirando de reojo la pantalla, era muy pequeño todavía, todos estaban sorprendidos de que hubiera sobrevivido al incidente, yo solo deseaba saber que sentí cuando me enteré por primera vez de su existencia.

Cuarenta minutos más tarde, frente a una mesa llena de platillos tailandeses, sostenía la tercera foto que guardaba de mi cachorro, no podía preguntarle cómo fue nuestro primer encuentro, si sabía si había sido feliz al enterarme que venía en camino, el único a quien podía recurrir era al alfa frente a mí que estaba seguro tenía algo que ver con que el restaurante estuviera casi vacío.

―Dijiste que habíamos hablado de cuál sería la habitación del cachorro. ―musité apartando la ecografía de en medio y mirándolo con curiosidad, Vegas me miró de vuelta sin entender a dónde quería llegar. ― ¿Te lo conté en cuanto me enteré?

―No. ―murmuró sirviendo dos porciones de arroz. ―Pero habíamos hablado de la posibilidad de iniciar una familia cuando mi trabajo fuera más flexible, acordamos que el cuarto libre sería remodelado para nuestro primer hijo llegado el momento.

―Entonces ¿no sabías que estaba esperando cuando el auto me golpeo? ―sus manos se detuvieron en puños sobre la mesa y su rostro se tiño de penumbra.

―Acababa de enterarme. ―respondió aclarándose la garganta. ―No sé porque no me lo habías dicho antes.

―Quizás creía que no era el momento adecuado, aún trabajas muchas horas y vivimos en un lugar que no está adaptado a recibir un niño. ―musité encogiéndome de hombros. ―Debí estar preocupado por tu reacción.

―Jamás habría reaccionado de mal a una noticia como esa. ―exclamó de pronto ofendido y le miré en silencio. ―He querido tener hijos a tu lado desde hace años.

―Entonces pude ser yo quién tenía dudas. ―su rostro se fracturó en dos partes, por un lado, parecía estar herido ante tal escenario y por otro se notaba inseguro de mis palabras. ― ¿Siempre quise tener hijos?

―Me dijiste que los querías, solo te preocupaba tenerlos bajo las condiciones en las que nos conocimos. ―levanté una ceja.

― ¿Cómo nos conocimos?

―El médico dijo que no debías forzar a tu cerebro a recodar. ―suspiré tomando el plato que me extendía. ―Ya que no pudiste comprar la cuna ayer, creo que podemos encargarnos de eso después de la cena. ―siempre que llegábamos a una pregunta importante, terminaba cambiando de tema. Asentí sin mucho entusiasmo, sentarme frente a una pantalla por horas al llegar a casa no era algo que me interesara hacer.

―Quisiera saber cómo me sentí cuando me enteré que seríamos padres. ―admití mirando la comida y eligiendo el par que parecían llevar más especias. El resto de la cena estuvimos casi en completo silencio, apenas intercambiando un par de palabras entre bocados.

Same old loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora