Chay POV
La nueva casa era demasiado grande para nosotros dos, habían sacado todos los muebles que su hermano tenía y ahora solo contábamos con una diminuta mesa donde solía haber un amplio comedor, una cama en la habitación principal, tres bancos en la cocina y un par de cosas más regadas por la casa, eran los muebles de Macao en su viejo apartamento, allá no se veían tan tristes como aquí, sabía que era cuestión de espacio, en unos días llegarían las cosas que compramos al mudarnos aquí y dejaría de sentirse tan vacío, pero dudaba que eso cambiara el hecho de que esto no era nuestra hogar.
Era como andar a hurtadillas en la casa de alguien más, las paredes, ventanas, puertas, luces, colores y todo lo que podía ver, era el estilo de una pareja que ya no vivía más aquí, podía cambiarlas, pero no se sentía correcto, en el fondo sentía que ellos volverían, que nosotros solo estábamos cuidándoles la casa por unas semanas y al final del verano la pareja regresaría con su pequeño cachorro.
No sabía como decirle a Macao que quería irme de aquí, normalmente no tenía problemas con expresar lo que pasaba por mi mente, pero desde que Kim desapareció, todo se sentía extraño entre nosotros, él estaba molesto todo el tiempo, trataba de ocultarlo, jamás me levantó la voz o frunció el ceño en mi dirección, pero su aroma era tan amargo como el jengibre, tenía grandes bolsas bajo los ojos y lo único que hacía durante el día era buscar a Kim.
Había contratado a un montón de investigadores privados para rastrearlo, recibía informes casi cada hora y llamaba al menos a una docena de lugares al día, cárceles, psiquiátricos, morgues, a veces temía que le informaran que su cuerpo estaba en uno de los últimos, lo único que parecía mantenerlo con vida era la esperanza de volver a verlo, si estaba muerto ¿cuánto le tomaría seguirlo?
Por las noches, después de que se quedaba dormido, salía de la cama y leía todo lo que tenía anotado en sus carpetas, tenía copias de sus expedientes médicos y policiales, estaban actualizados hasta dos semanas previas a su desaparición, los nombres de cada persona a quien asesinó se encontraban ahí, pero el único por el que había sido juzgado era por su padre, el resto estaban como casos cerrados por falta de pruebas, incluida la madre de Macao.
No era la primera vez que leí eso, desde que nos mudamos aquí era bastante consciente de que Kim había sido enviado lejos por el asesinato de Korn, sin embargo, se había vuelto una tortura personal volver a leerlo cada noche, la culpa era la única forma que encontraba para castigarme por haber causado todo esto, era un fiel recordatorio de que en realidad él no tenía pensado matar a su padre, todo había sido mi idea, mis palabras susurradas en su oído.
Acababa de regresar a la casa de Kim, los hombres de su padre me sacaron a la fuerza del piso de Macao, vi cómo le dispararon, la sangre mancho mis manos cuando me acerqué a él tratando de despertarlo, grité su nombre hasta quedarme sin voz y deje de escuchar las advertencias de los guardias de Korn. Me había prometido tiempo atrás que no dejaría que vieran el miedo en mi rostro, pero hacía unos días me había enterado que tenía una cosita creciendo en mi interior, muchos habrían dicho que saber de la existencia de sus hijos los hizo más fuertes, para mí fue todo lo contrario.
Cuando eres consciente de que el daño que te hagan a ti, se lo harán a otra persona también, un ser indefenso que no tenía idea el caos en que sus padre estaban metidos, la fragilidad se hacía presente. No tenía fuerzas para pelear porque se suponía que Macao pelearía por nosotros, dijo que nos mantendría en un lugar seguro, incluso estaba tentando a aceptar la propuesta de su hermano de mudarse a Corea para alejarnos de todo lo que estaba ocurriendo aquí, pero antes de que pudiera hacer cualquier cosa, un grupo de hombres armados atacaron el edificio.
Le dispararon, me llevaron a la fuerza para encerrarme en la misma habitación de dónde había salido huyendo semanas atrás y el maldito de Korn apareció solo para amenazarme con volver a intentarlo, sabía que yo había tenido algo que ver con la recaída de Kinn y no tendría problemas con deshacerme de mí si volvía a desobedecerlo, me mordí la lengua para no gritarle que su nieto podía estar en mi interior, con alguien como él eso podría jugar en mi contra, pero antes de salir del cuarto, murmuró aquello que me hizo manipular a Kim.
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Same old love
FanfictionHay una historia entre nosotros de la que solo conozco fragmentos sin sentido, te recuerdo corriendo a la clase de matemáticas, te escuchó gritando mi nombre en el parque, nos veo caminando un largo pasillo con flores y personas que he olvidado. Nos...