Capítulo 14

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Pete POV

La primera cita con la doctora desde nuestra mudanza fue diferente a todas las anteriores, teníamos poco más de un mes viviendo en la nueva casa, no había salido más allá del jardín desde entonces, lo único que impedía que estuviera a punto de volverme loco era que por fortuna el patio era amplio y rodeado por la naturaleza, resultaba imposible que pudieran ver hacía dentro desde el exterior y al menos ahora podía caminar unas horas fuera de la casa sintiendo la brisa contra mi rostro.

Sin embargo, las nuevas precauciones hacían imposible que pudiera ir a la clínica a mis revisiones mensuales, así que, para el sexto mes de embarazo, tuvimos que hacer nuevos arreglos, Vegas no quería arriesgarse trayendo a la doctora hasta la casa y ambos sabíamos que lo mejor era tener un plan en caso de que iniciara el parto, no quería tener al cachorro en mitad de la sala, en especial tomando en cuenta el accidente que me dejo sin recuerdos.

Con algo de organización del personal, tres camionetas salieron de la casa en diferentes horarios el día de nuestra cita, en una estábamos nosotros y en las otras dos una pareja distinta tomaba nuestros lugares. Vegas me explicó que una pareja iría a nuestro viejo hospital, otra a una clínica popular de Seúl, reconocida por tener las mejores instalaciones para el cuidado prenatal y parto, mientras que nosotros iríamos a un consultorio privado al esté de la ciudad, la doctora había accedido a continuar con nuestras revisiones desde ahí y solo debíamos asegurarnos de no ser vistos al entrar o salir del local.

Apenas entramos a la civilización, lejos de mi familiar y silenciosa casa, comencé a sentirme paranoico, cada rostro, cada persona oculta tras un cubrebocas, todos se veían ligeramente parecidos a las personas de las fotos que tanto había estudiado, aun con los vidrios polarizados, cada que alguien miraba directamente la camioneta sentía como si nuestras miradas se cruzaran y supieran que éramos nosotros. De pronto extrañé la ignorancia de todo ese mundo.

―Tranquilo, no pueden verte. ―la mano de Vegas tomó la mía en mitad del asiento y le miré apartando la vista de las ventanas.

―Ha pasado mucho tiempo desde que salimos de casa, estoy nervioso. ―musité con una sonrisa ansiosa, sonrió de vuelta jalando mi brazo para acercarme hasta su costado y poder rodearme por la espalda, dejándome descansar en su hombro.

―Korn está muy ocupado planeando una boda para dentro de dos semanas, no ha enviado a nadie nuevo a buscarnos, todo esto es una precaución, no hay nada de lo que debas preocuparte. ―suspiré ocultándome contra su pecho, no era la primera vez que decía esas palabras, las había repetido un par de veces desde antes de salir de la casa, confiaba en él, pero mientras más cerca estaba de traer al mundo a nuestro hijo, más me costaba tomarme las cosas con calma.

― ¿Has hablado con Macao? ―murmuré en un pobre intento de distraer mi mente en otra cosa, con la supuesta boda de sus amantes tan próxima, debía estar peor de furioso que la noche en que estuvo en el apartamento. A pesar de ser su hermano y haberme contado brevemente su historia, no solía mencionarlo frente a mí.

―Hace unos días traté de convencerlo de que se mudara aquí, los negocios en Tailandia no son lo que eran antes y ahora que ese par van a casarse no tiene razón para quedarse allá. Creo que podemos mudar la empresa familiar aquí por completo y solo viajar un par de veces al año para asegurarnos de que todo siga en marcha allá, pero él es demasiado testarudo para dejar las cosas como están.

Su voz tenía ese toque profesional que le escuchaba usar cuando atendía llamadas de trabajo desde el pórtico mientras yo caminaba por el jardín, le había pedido que pasara más tiempo en casa porque necesitaba cada vez más ayuda con todo, incluso levantarme era difícil ahora y odiaba tener que pedirle a uno de los guardaespaldas que fuera a ayudarme, así que ahora se quedaba al menos tres veces por semana a trabajar desde casa.

Same old loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora