¿Quién es él?

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¿Quién es él?

LAS FLORES- Café Tacuba

Ay

Ven y dime todas esas cosas

Invítame a sentarme junto a ti

Escucharé todos tus sueños en mi oído

Y déjame estrechar tus manos

Y regalarte unas pocas de ilusiones

Ay ven y cuéntame una historia que me haga sentir bien.

Era el último día de escuela en la primaria, la generación 1989 - 1995 estaba por cambiar a secundaria, todos los niños de 6to. año tenían un convivio, pues era la despedida de ésta bella etapa, Andrea Milani no tenía muchas ganas de llegar a la hora de la fiesta pues ya se imaginaba todo lo que sus compañeros le dirían en él.

Los niños tenían receso, corrían en el patio jugando fútbol. Andrea siempre se llevó más con los hombres que con las mujeres, el único problema es que todos ellos se referían a ella como la gorda, claro de qué otra forma le dicen al que tiene sobre peso en el salón. ¿Verdad? En fin. ¿Qué es lo que haces cuando todo mundo te dice gordo o gorda? Pues en los 90 's sólo regresar el cumplido, diciéndole, al de baja estatura: enano; al de labios gruesos: el bembas; y miles de apodos más. La campana sonó y todos los chicos tuvieron que regresar al salón de clases, sin embargo, Andrea estaba perdiendo el tiempo para no llegar.

-¡Apúrate gorda, ya es hora de la fiesta! -dijo Toño con una sonrisa.

Toño era un amigo entrañable de Andrea, lo conoció en tercer año de primaria, ambos tenían el mismo don, crear historias en su cabeza, ella soñaba con ser escritora y Toño era fan de Steven Spielberg, por lo que él decía que algún día sería director de cine.

-Adelántate Toño yo todavía voy a pasar por los refrescos a la cooperativa -dijo Andrea nerviosa.

-Está bien, no vayas a tardar, ¡eh! -dijo Toño retirándose al salón

Sinceramente no quería llegar, ya se imaginaba todo lo que le iban a decir, así que decidió hacerte tonta un rato sentada en la banca, se veía los pies, las manos, todo, pero no se había dado cuenta que alguien la miraba a lo lejos y además se reía de lo que estaba haciendo. Se acercó a ella un chico de unos 14 o 15 años.

-Hola -dijo el chico sentándose a su lado.

Se quedó impresionada al ver al muchacho a su lado, era de secundaria, en la escuela a la que Andrea iba tenían desde preescolar hasta bachillerato, sus recesos eran en diferentes horarios justamente para que no pudieran convivir, sin embargo, este chico era especial, se escapaba de clases muy seguido, ella lo miro, lo primero que vino a su cabeza fue «¿Me está hablando a mí?» Y no sólo era eso, no sé si a alguno de ustedes les pasó, pero siempre las chicas jóvenes se sienten atraídas por los mayores a esa edad. Él era bien parecido y lo más importante de todo, le estaba hablando a la gordita del salón. Andrea se puso nerviosa y tragó saliva.

-Hola -respondió con nerviosismo.

-Me llamo Alberto, ¿y tú? -dijo con una sonrisa.

-Andrea.

-Eres muy bonita, Andrea -dijo el chico con una bella sonrisa.

«¿Está bromeando? Se decía ella» Aparte estaba embobada porque el chico no era nada, nada feo.

-¿Gracias?

-¿Tú no te consideras bonita, Andrea? -preguntó Alberto.

-No.

Curvy un amor de pesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora