Las curvas peligrosas.

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Agujetas de Color de Rosa

Yo tengo una novia que es un poco tonta.

Pero es mi gusto y yo la quiero mucho.

No es muy bonita, pero está re loca.

¡Uoh si ella usa mallas también!

Agujetas de color de rosa.

Y un sombrero grande y feo.

El sombrero lleva plumas.

De color azul pastel.

Irán Castillo, los chicos del barrio y las curvas peligrosas

¿Por qué la música? Bueno ya lo sabrán, en los 90 's las novelas marcaban modas, canciones y peinados.

Elisa, Sol, Karla y Andrea se veían todos los días en las tardes y en la mañana en la escuela, su amistad se iba afianzando poco a poco, el papá de Andrea el primer día, sí le llamó la atención al respecto, pero bueno, ya lo había hecho y ni modo, le daba gusto ver a su hija con amigas, cosa que no era muy normal.

Se reunían en casa de Andrea a oír música, bailar, leer revistas, que en ese tiempo las de moda eran ERES y , aunque creo que la , ya es más del 2000, en fin, ellas platicaban de todo en la habitación de Andrea, como ella no podía salir o andar en la calle sola, ellas iban todas las tardes a su casa, se subían a la cama individual las cuatro y leían revistas.

—¡Ay! hoy Max se veía tan guapo —dijo Elisa.

—Todos los días lo ves así —dijo Sol burlándose de ella.

—Yo lo ví igual que todos los días, además de que está re enano —dijo Andrea y todas rieron.

—Eso es cierto, a mí también me gusta Max, es muy lindo —comentó Karla, los ojos de Elisa dieron una vuelta completa al oírla.

—Me lo imaginé —dijo Andrea sarcástica—. Y Sol muere por Iván. —Volvieron a reír al oírla.

—¿Y tú? —preguntó Sol con una sonrisa.

—¿Yo? Nadie. —contestó sonrojada.

—Oila. ¡Ay Alberto! ¿Me pasas mi lápiz? —dijo Sol imitando a Andrea, parpadeando, Andy le pegó con la revista—. ¡Ouch! Te vi desde el primer día, cuando entró al salón.

—Claro que no y si así fuera, no tengo ninguna oportunidad contra Rosalía, todos se pelean por ella, es la niña perfecta, super estudiosa, super bonita, hiperactiva, todo lo que hace es de diez —respondió Andrea.

—Pues yo no sé, pero no creo que Alberto esté muy clavado con ella eh, deberías de ver cómo te mira —dijo Elisa.

Oír eso la impactó. «¿Me mira?» Se dijo, pero, no, no, eso es imposible, no podría verla, aunque si lo piensas bien, la vio desde que estaba en sexto grado, la vio en su escondite, no te hagas ideas Andrea.

—Debe ver para otro lado y tú ya estás haciendo historias que no son.

En eso, la mamá de Andrea tocó la puerta. Laura la abrió y sonrió al ver a las niñas en la cama leyendo.

—Andrea te viene a buscar un muchacho —informó la mamá de Andrea, todas se quedaron a la expectativa.

Nunca nadie había ido a casa de Andrea a buscarla, bueno ya de jóvenes adolescentes o pubertos claro está, de niños sí, por lo que esto hizo que el corazón le diera un vuelco.

—¿Quién es mamá? —preguntó Andrea.

—Dijo que se llama Alberto —contestó Laura.

¡Oh por Dios! Los ojos de Andrea casi salen de sus cuencas.

Curvy un amor de pesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora