La pijamada

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La pijamada.

Let's go girls, come on!

I'm going out tonight, I'm feeling alright

Going to let it all hang out

Want to make some noise, really raise my voice

Yeah, I want to scream and shout

Man Feel Like a Woman — Shania twain

Las Pijamadas son esos rituales en los que las chicas se reúnen a hablar de todos los chismes de la escuela, se ponen mascarillas, se maquillan y en aquel tiempo era hacer test de revistas para descubrir que tan bien besabas o si tenías oportunidad con tu chico. Sí, las pijamadas siempre eran divertidas, pero una pijamada sin adultos responsables. ¿En qué puede terminar? Mal, muy mal y más si es en casa de Elisa Aldana.

Andrea y las chicas se encontraban en la escuela platicando, la verdad es que después de lo ocurrido en la disco, se les había subido un poco la pila a las cuatro.

—Ya les dije que el viernes podemos irnos saliendo de aquí a mi casa —dijo Elisa, podemos jugar videojuegos y pedir pizza.

—Pero no es justo, el viernes yo no puedo —comentó Karla con tristeza.

—Lo siento Karla, es el único día que yo puedo —respondió ácidamente Elisa.

Estoy comenzando a pensar que Elisa le hacía bullying a Karlita y no me había dado cuenta. Andrea, al ver lo que Elisa decía negó con la cabeza, porque sabía que no quería que Karla fuera, lo sé, Karla era bastante especial, si Elisa se vestía de rojo ella hacía lo mismo, pero por Dios no era tan malo. ¿O sí?

—Inténtalo una vez más Karla, ya si te dicen que no ni modo —dijo Andrea

—¿No la puedes pasar para otro día? ¿En serio? —insistió Karla.

—No puedo, sólo los fines de semana —dijo Elisa.

—Ay ya, mejor me voy a ver a Oliver. —Karla se fue enojada con toda razón.

—¿Por qué eres así con ella? —preguntó Sol.

—Lo siento, no me agrada, no me gusta que me imite, yo la tolero por ustedes, pero nada más —dijo Elisa.

—Les dije a mis papás que tus papás estarán claro, para que me dejaran ir, porque de lo contrario ni locos me dejarían —dijo Andrea.

—Vaya, ya vas aprendiendo, mi querida alumna —externó Elisa con orgullo.

—¿Y qué vamos a hacer? —preguntó Sol.

—Pues ver películas, comer pizza, qué sé yo. Bueno las dejo, porque voy por mi taco de ojo y a gritar improperios —dijo Elisa.

—Si, ya sabemos a dónde vas, a insultar a tu enano —dijo Andrea, mientras Elisa se iba—, ¿y tú?

—Bueno, Iván no perdió el tiempo, estando Rosalía sola corrió a buscarla. Sigue sin decirte nada, ¿cierto? —preguntó Sol.

—Cierto, pero ya no me importa, él a lo suyo y yo a lo mío, es más, creo que hasta sacó ocho en matemáticas —dijo Andrea riendo.

—¿En serio no te importa o te haces la fuerte? —preguntó Sol mirándola fijamente.

—Todo el tiempo estamos juntos, en las tardes va a mi casa. ¿Qué diferencia habría con la palabra novio? —contestó Andrea.

—Que te besaría y te diría lo que verdaderamente siente, porque la verdad se limita demasiado —comentó Sol.

—Después de lo de la disco, no es algo que añore —contestó Andrea.

—Si lo haces, sólo que no quieres aceptarlo —dijo Sol—. Andrea.

Curvy un amor de pesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora