Cap 21 -¿Puedo?

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17/05/2010 20:58

Xavi respiró, le hacía falta, estaba temblando mientras abría el portal del bloque de Andrés, y aún más cuando subía el ascensor, las piernas le flaquearon cuando presionó el timbre y Andrés sin Zapatos y la camisa a medio atar le abrió la puerta.

— Dos minutos y estoy Xav! — Xavi le oye decir, solo es capaz de susurrar un vale después del beso en la mejilla que le da antes de volver al cuarto.

Admira el recibidor como si fuese la primera vez que lo ve, como si no viviese prácticamente allí y el ramo de gardenias que le regaló dos días atrás fuese el más bello del mundo.

Sujeta la rosa que ha comprado de camino tras su espalda, está impaciente por dársela y ver su sonrisa.

Andrés se ata los botones de la camisa temblando, la mera anticipación le tenía muerto de nervios, no consigue que los nervios se alejen de él hasta que le ve un par de minutos después, olvidándose al instante de cualquier otra cosa, no pudiendo apartar sus ojos del catalán frente a él, quien está distraído viendo la foto de Fuentealbilla que tiene colocada en la mesita del recibidor, se le escapa una sonrisa, no sabe por qué, pero la escena le pone feliz, se fija en que lleva una rosa medio escondida, sonríe en grande.

No sabe cómo ha tenido la suerte de gustarle, Xavi es bueno en todo lo que hace, por no decir el mejor, y esas cosas le matan de amor.

Silenciosamente, se acerca, no quiere cortar la atmósfera en la que el catalán se ha envuelto y le abraza por la espalda, porque lleva días sin poder hacerlo y las ganas de tenerle entre sus brazos le superan.

Suspira en su cuello, y sonríe por milésima vez cuando Xavi se apoya en su hombro y le besa. — Ya estoy. —

Xavi sonríe, los nervios olvidados cuando Andrés le está abrazando y mirándole con calma, termina girándose para poder admirarle mejor, su mirada bajando hasta los labios contrarios sin poder resistir. — Hola. — Dice antes de unirlos de nuevo, redescubriendo su sabor y perdiéndose en el mar de sensaciones que le provoca besarle, felicidad, placer, calma, un cóctel de sentimientos que le dejan aturdido y extremadamente contento.

Cuando se separan le ofrece la rosa, — La he visto de camino y me he acordado de ti, — Hace una pausa, planteándose si seguir o no, las palabras huyendo de su boca. — aunque puede que sea porque siempre pienso en ti. — Se lleva una mano a la nuca, da igual cuantas veces le dé cosas, siempre muere de vergüenza.

Al mismo tiempo, Andrés se sonroja y deja salir otra sonrisa sincera, aceptando la flor y abrazándole al instante en el que se ve capaz de moverse, porque da igual cuantas veces le regale cosas de ese estilo, el mero hecho de que Xavi se acordase de él en ese tipo de cosas nunca dejaría de descolocarle y querer abalanzarse sobre él para llenarle de besos a forma de agradecimiento. — Me encanta, muchas gracias. — Cierra la frase sujetándole las mejillas y dándole varios besitos alrededor de su cara, necesita hacerle saber que le encantan, que no quiere que pare, y su forma de mostrarlo pasa por el contacto.

Xavi se deja toquetear, porque aunque normalmente prefiere unos palmos de distancia,

le hace tan feliz que Andrés le toque que - a regañadientes - acepta que le hace sentir querido cada vez que invade su espacio personal.

Sin darse cuenta han pasado tres cuartos de hora entre susurros, caricias y besos por toda la casa, esa pausa de la realidad que creían que solo sucedía en las películas les estaba reconfigurando cualquier plan.

Xavi se percata de eso cuando ve de reojo el reloj y ve que son casi las diez, dándose cuenta de que no llegan a la reserva y tendrán que cenar en el hotel.

Notas [XAVIESTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora