VIII

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-¡Maldita sea Sousuke deja de ignorarme! -Grita a la bocina de su celular, y es que desde que le confesó aquello de Haruka no han vuelto a hablar, aquello ya hace más de un mes.

No comprendía su reacción, debía arreglar las cosas antes de la próxima semana ya que serían pareja de patrullaje y no podían estar en silencio todo el tiempo, sería bastante incomodo y a Rin nunca le han gustado los silencios pesados y abrumadores; con Sousuke todo siempre ha sido platicas sin censura y risas sin sentido, más de treinta días sin aquello ha sido abrumador. Su celular suena y responde al instante creyendo que es Sousuke el que le llama.

-¿Si?

"-Hola Rin, ¿vendrás a desayunar? Haré lo que te apetezca" -Matsuoka se sonroja, sin duda con aquello parecían una pareja, Haruka proponiéndole desayunar juntos o preparar algo para llevar al trabajo.

Su comida sin lugar a duda es deliciosa y no se queja por todas la atenciones que Haruka le dedica, está más que agradecido porque con su compañía ha podido sobrellevar un poco mejor la frialdad de Sousuke.

-De acuerdo, pasaré en mi hora de descanso

"-Te espero" -con esto la llamada se corta. Rin suspira colocando los codos en el escritorio y tomando fuertemente de sus cabellos, jalándolos un poco; es estresante mantener el trabajo de oficina, él es más de perseguir criminales y sentir la adrenalina envenenar sus venas y no estar ahí leyendo informes, tomando declaraciones y llamando o recibiendo llamadas con la finalidad de pedir refuerzos.

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El reloj marca las once menos quince cuando Rin acomoda sus cosas para salir a desayunar pues su hora de descanso ha llegado, en su trabajo como patrullero odia ese momento, pero al estar encerrado en la estación agradece aquel corto tiempo libre para tomar aire fresco y relajarse.

La caminata por las calles le hacen despejar la mente, adora ver a los transeúntes caminar sin preocupación alguna aún sabiendo que en cualquier momento pueden ser víctimas de un crimen. Entra al local con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón azul marino, siempre le ha agradado el ambiente familiar del lugar, lo hace sentir como en la casa de su abuela; toma asiento en una mesa cerca de las grandes ventanas observando fuera para cuidar a los ciudadanos como buen policía. Nagisa llega a su encuentro parloteando sobre cualquier cosa, le agrada la explosividad de aquel rubio, lo mejor de todo es que le sigue el juego, ambos pueden hablar de cualquier cosa, muy diferentes a las que habla con Sousuke, en tan sólo un poco más de un mes ha hecho un vinculo amistoso con Nagisa.

-Ey, Nagisa, deja de fastidiar a los comensales.

-Mo~, Haru-chan, quiero seguir hablando con Rin-chan -lloriquea el rubio tomando del borde de su delantal. Rin sonríe viendo como Nagisa se aleja hacia otra mesa con nuevos clientes.

-Disculpa las molestias.

-No te preocupes. Es divertido hablar con Nagisa -sonríe saboreando el estofado de cordero al curry que Haru le ha puesto en frente.

-Espero sea de tu agrado. Debo volver a la cocina.

-¿N-no me harás compañía? -Desvía la mirada un poco avergonzado -. N-no es que me importe pero...

-Lo lamento, estoy un poco atrasado con los pedidos -se encoje de hombros restándole más importancia de la que debería.

-Espera, ¿dejaste a un lado tu trabajo solo para hacerme el desayuno? -Le mira victorioso al darse cuenta de que ha dado en el clavo al ver a Haruka desviar la mirada. Ríe antes de continuar hablando, o burlándose -. Vaya Nanase, no creí ser así de importante -se da una palmada en la frente aún riendo.

"Y Si En Otra Vida..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora