Haruka sonríe mientras acaricia los cabellos de Rin, el olor a frutillas le envuelve; Rin se ha quedado dormido en su hombro mientras veían una película. Hace tres días que Rin ha tenido guardia por la noche, provocando el insomnio y las pocas horas de descanso. Desde aquella vez de la fiesta que los papeles se han invertido, ya no es Haruka el invasor del departamento del pelirrojo, sino lo contrarios, siendo Rin el intruso; pero a él no le molesta, su departamento es tan grande, espacioso y vacío que la llegada del pelirrojo le ha caído como anillo al dedo, se siente feliz, completo, tan agradecido que no sabe cómo expresarlo. Posa los labios en la frente de Rin dejando un beso largo y tierno.
-Akurah -murmura soñoliento, removiéndose para acomodarse mejor, pasando todo su peso a uno de los brazos de Haruka que esta recargado en el respaldo del sillón...
Haruka sonríe, sabe que le conoce, que los recuerdos de sus vidas pasadas singuen presentes en algún lugar de su memoria, un rincón tan pequeño que es aplastado y reprimido por otros pensamientos, pero no se rendiría, primero muerto antes de dejar que Sousuke se lo arrebate.
-Prometo no dejarte, juro enamorarte de nuevo. Me recuerdes o no, tú serás mío, Nir -susurra cercas de su oído, deja otro beso sobre su frente antes de acomodarse para acompañar a Rin al mundo de Morfeo.
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«Misuki sonríe recibiendo la bendición de aquel religioso que le nombra reina; toma asiento y Nir se levanta, al fin sería, oficialmente, sultán. El pueblo celebra jubiloso; Nir ha sido querido desde siempre y ahora los gobernaría con sabiduría, igual que su padre.
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Misuki mira feliz el anillo de oro que brilla en su dedo anular, al fin era esposa de Nir, no podía ser más feliz, y qué decir del pelirrojo, su sonrisa no se ha podido borrar con nada, sus besos son más dulces, llenos de cariño y agradecimiento.
-Mirándome así no lograras nada -se gira para posar sus ojos en aquel guardia quien le observa con molestia, queriéndole matar con aquellos témpanos.
-No cantes victoria Misuki, algún día te haré pagar por esto -amenaza con los dientes tan apretados que casi se puede escuchar el tronar de la mandíbula.
-¿Usted, el jefe de la guardia real, me está amenazando? ¿A mí? ¿La esposa del sultán? -Sonríe burlesco, picándole en donde más le duele.
-No te estoy amenazando, es una advertencia.
-Antes que puedas hacer algo, puedo mandar a matarte -sus ojos irradian enojo, se pueden ver los relámpagos y chispazos. Ekusu sonríe con arrogancia.
-No estés tan seguro -vuelve a su posición cuando la puerta es abierta, Nir hace acto de presencia con aquella sonrisa de oreja a oreja.
-Oh, Ekusu. Qué bien que te veo, necesito tus mejores hombres para que partan directo a Onas. He recibido esto -muestra un rollo de papiro. Misuki abandona su lugar de un salto, arrebatándole lo que parece ser una carta.
-Oh por Ala, oh por Ala -sonríe leyendo las palabras de su padre, los ojos se le inundan, aunque no ha podido asistir a la boda y a la coronación, sabe que ha estado ahí en espíritu. Lo quiere tanto.
-No te preocupes, mandaré las tropas lo antes posible, tu padre no tendrá qué luchar -susurra a sus espaldas antes de dejar un beso en su cuello.
-Gracias, Nir -se gira para abrazarse a su cuello, llorando con libertad, tan feliz y agradecido.
-Todo por mi reina -declara tomando el rostro de Misuki, enjugando algunas lágrimas, sus labios colisionan, con cariño, con agradecimiento; con amor. »

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"Y Si En Otra Vida..."
FanficLas personas dicen que el destino no existe, que el hilo rojo es solo una leyenda para hacer la vida más bella... pero se pueden ver casos extraordinarios, y tal vez este sea uno de ellos. Haruka tiene sueños donde vive en un desierto, un reino pint...