XVI

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Rin se sonroja, maldita sea la hora en la que Haruka le ha mandado aquel ramo de flores. Por Dios, estaba en el trabajo, ahora tendría que soportar las burlas de sus compañeros toda la semana, o todo el mes si tiene tanta mala suerte. Toma el celular y manda un mensaje con una respuesta a la pregunta escrita en aquella tarjeta. No sabe si después se arrepentiría, lo único que sabe es que disfrutará aquello, dure el tiempo que tenga qué durar; una semana, dos, un mes, un año, no importa, él haría lo que sea porque dure lo más posible.

Suspirando se recarga en la silla giratoria, su mirada se posa en una de las paredes pensando en Sousuke, no comprendía su reacción. Okay, sabía los sentimientos de su mejor amigo para con él, porque se le había declarado ya hace tiempo, y él como buen amigo, le rechazó de la mejor manera; y aunque Sousuke le había dicho que estaba bien se distanciaron un tiempo, pero todo se arregló... hasta que apareció Haruka.

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La hora de su salida llega, tan deprisa que no ha digerido la propuesta de Haruka, pero ya no puede echarse para atrás pues según el último mensaje de Haruka ya todo estaba listo pero... ¿qué es lo que estaba listo? ¿La "cita"? Bueno, la propuesta de cena no puede considerarse "cita"; ugh, pero sí lo es cuando te lo proponen con un ramo de flores. Maldición, su corazón bombea tan fuerte que siente su pecho doler y retumbar en sus oídos, todo estaba fuera de control, tanto sus sentimientos como su vida entera.

Sus ojos se pasean por la fachada, no percibe luz alguna ni movimientos dentro, frunciendo el ceño empuja la puerta. Sus ojos se abren con sorpresa sintiendo una ola repentina de sentimientos junto con una punzada en la cabeza...

«-Lo más romántico de la vida ¿eh?

-Una fogata y el manto negro. Por Alá Nir, me haces sentir tantas cosas. »

-Si no haces ruido creeré que eres un fantasma -aparece Haruka con dos copas, las acomoda en la mesa perfectamente decorada con velas, flores y un mantel rosa pálido -. Siéntate, la cena estará lista en un rato -informa sacando la silla y sirviendo vino en una de las copas.

-Gr-gracias -traga saliva para humedecer la garganta seca. Sus ojos pican por la sal acumulada en aquel líquido que quiere salir, pero no se lo permite.

-Espero no te moleste, sé que es algo sencillo...

-¡N-no! La verdad... es lindo -baja la mirada avergonzado tomando el liquido restante de su copa de un solo trago.

Haruka desaparece tras la puerta de la cocina, Rin se queda observando todo a su alrededor notando su mesa ser la única decorada. Suspira, no es que no aprecie el esfuerzo de Haruka pero él lo habría hecho mucho mejor, declarar sus sentimientos no es un tema qué tomar a la ligera... Espera, ¿dijo 'declarar sus sentimientos'? Sacude la cabeza con el rostro acalorado, ¿quién ha dicho que aquella cena es precisamente para eso? Dios, no podía creer el que tan pronto este borracho.

-Espero sea de tu agrado -se sobresalta al reparar en la presencia de Haruka.

-Mu-muchas gracias -baja la mirada a sus manos, el olor de la comida le hace levantar la cabeza viendo frente a él un plato rebosante de cordero con una extraña salsa, una ensalada de espárragos con raíces de soya y una pequeña montaña de puré de patatas. Al instante la boca se le hace agua.

-Ojalá te guste. Aunque si no te gusta puedo prepararte otra cosa diferente.

-¡N-no! Esto... está bien -trata de sonreír logrando solo con esto una extraña mueca.

Silencio. ¿Por qué tiene que instalarse? Siempre, en los momentos que no lo necesitas hace su presencia; maldito enemigo, pero con Haruka es así, su cerebro parece desconectarse, yendo muy lejos, dejándole con las cuerdas vocales inservibles; y Haruka no ayuda mucho a la situación con su expresión estoica y esa aura pesada de 'No me interesa entablar una conversación' que siempre se carga. ¿Cómo es que tenía amigos tan... tan... tan Nagisa? Aún no le podía caber en la cabeza.

"Y Si En Otra Vida..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora