CAPITULO 11- OLVIDARTE

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GINEBRA

Quería seguir en cama ese día, de alguna forma seguía recordando una y otra vez en lo que supuse ya había olvidado, pero, solo lograban salir cuando más indefensa estaba ¿Cómo un recuerdo puede doler tanto? Sería más sencillo si tuviéramos la opción de olvidar todo aquello que nos afecta, pero entre las mil cosas negativas que pasaron mi cerebro intenta recordarme las positivas y no quiero, no quiero recordar las conversaciones en las mañanas, los desayunos en la cama, la compañía en los domingos, no quiero acordarme de las noches en que hicimos el amor, ni atormentarme en el calor de su pecho, quisiera rogarle a mi mente que lo olvide, que olvide el segundo en el que aparece y en el que se va, seria al menos así, más fácil pera mi seguir caminando una vida en la que no está.

Hace 2 años

— Si algún día sentimos que no nos sentimos bien con el otro, hablemos y si no hay una solución, aceptaremos separamos — dije mientras el pasaba su mano por mi mejilla

— Pero yo no quiero alejarme de ti, yo te amo

— Lo sé, pero si en algún momento sientes que ya no me amas lo suficiente dímelo que lo aceptare, nada es eterno

— Nosotros si - respondió el

— Nada es para siempre

— Nosotros lo seremos

— Me gusta tu optimismo

— A mí no me agrada tu pesimismo

— Algo debemos tener en contra

Me pareció lo más tierno que podía decirme, tener fe en un para siempre dentro de un mundo donde no existe ninguno. solo fue 1 año más tarde darme cuenta de que nunca fue un para siempre escrito, era un... hasta que nos cansemos, luego los minutos, los segundos dolieron como si la vida me hubiera despertado de golpe de un buen sueño.

— te amo, pero ya no puedo seguir

— ¿Qué he hecho mal? — dije mientras él recogía sus cosas — por favor no te vayas — susurré

Actualmente

Seguía en cama, eran las 9:00 a.m. y sabía que llegaba tarde a la primera hora de creatividad artística, una clase que me servía mucho para canalizar mis emociones, pero no estaba de humor para desahogarme, solo quería dejar que todo fluyera y seguir, últimamente solo hacia eso.

Me bañe, me cambie y me aliste para ir a la siguiente clase, mi madre había entrado a mi cuarto preguntando si iba a asistir a clase, le dije que sí, y me aliste porque debía ser Ginebra nuevamente.

10:57 a.m. sabía que iba tarde, pero mis pasos eran lentos, lentos y arrastrados, de golpe llegaron las palabras de la noche anterior de aquel hombre "maravillosas palabras mariposa" sentirme de esa forma me daba una sequedad en la boca y era ilógico, no era la gran cosa, pero pase toda la noche conversando una y otra vez, compartiendo ideas, hablando del amor, pero por un momento olvide que había publicado tiempo después "¿Se han enamorado alguna vez? Yo lo he hecho, cada mañana al despertar, cada noche cuando despiertan las estrellas y de alguna forma sigue siendo maravillosa" a quien fuera que se refiriera realmente debía gustarle demasiado, pero aleje ese pensamiento porque aunque no sabía quién estaba detrás del micrófono entre cada mensaje respondido, entre canciones escuchadas yo me sentía radiante, disfrutaba sentir que podía encontrar a alguien que dibujara estrellas enteras solo para ver feliz a quien amaba y yo deseaba ser a quien se lo enseñaran.

Sonreí como antes no lo hacía, esa sonrisa que agranda los pómulos y achica los ojos y definitivamente estaba loca — gin por favor, no es como si te estuviera gustando un total extraño — pensé, era irracional ¿es posible enamorarse de alguien solo escuchando su voz? Quien sabe. Sali corriendo de casa y vi como al lado salía otro chico, corriendo, se le había hecho tarde eso era seguro, no lo había visto antes ¿se habrá mudado hace poco? No lo creo, suelo estar en casa casi todo el tiempo y nunca lo había visto, tenía la vista pegada al suelo pero estaba consciente de que estaba al frente porque sin haber dicho ni una sola palabra él se detuvo justo delante de mí, alzo sus ojos hacia los míos y choque con ese destello de agua marina, un azul cielo, un azul vivo, no podía separar la mirada de él, era hermoso, estaba despeinado o no, no lo sabría al parecer, su cabello era un poco largo y ondulado y algún que otro rizo caía en su frente tapando la mayor parte de sus ojos. Sonreía, tenía la sonrisa inmensa y mis ojos se estaban perdiendo para darle paso a mi felicidad, hace mucho no era tan expresiva, pero intente tranquilizarme

— Buenos días — dije al fin.

— Buenos días — respondió el y esbozo una sonrisa, era realmente increíble y esa misma les daba paso a sus hoyuelos como si le pidiera permiso para aparecer en su rostro

"que hermoso" pensé.

Constelación de mariposas - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora