CAPITULO 31- MAS ALLA DE LA MELODIA

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GINEBRA

Era diferente, muy diferente a como lo había previsto hace tanto tiempo, llevábamos saliendo hace 5 meses y había tanta química, tanto clip, tanta tensión y tal vez amor que no podía pasar por alto y lo vi ahí sentado, siendo tan jodidamente perfecto que no pude dejar de pensar por un segundo lo mucho que me gustaba y lo mucho que intentaba que eso no pasara, pero paso y el estaba ahí y yo estaba aquí observándolo y no podía dejar de pensar que si las cosas en mi vida hubieran sido muy diferentes no hubiera tenido que pensarlo ni dos veces antes de ir hacia él y besarlo, pero, lo eran, estaba rota, estaba llena de inseguridades e imperfecciones que aunque intentaba arreglar día a día no era la chica que el necesitaba, necesitaba a alguien igual de increíble, igual a él.

Lo escuché tocando esa canción que fue mi arcoíris en tantos días de tormenta y no pude dejar de pensar ¿Cuántas veces el me escucho a mí? Nunca le había dicho sobre esa canción, nadie lo sabía, pero el sí ¿Cómo? Pensaba cual de las tantas veces llorando en el balcón escuchándola me habían delatado ¿sabía la paz que me ocasionaba esa melodía? Deje de analizar todo, deje de pensar en todo y me enfoque solo en ese momento, mis piernas se movían solas, mis ojos estaban sobre él, mis oídos escuchándolo tocar, mi boca lo ansiaba y si había una señal de stop enfrente de mí nunca logre encontrarla.

Nuestras manos tocaban las teclas del piano y al mismo tiempo se electrificaban unas entre otras, sentía una descarga eléctrica que atravesaba mis manos y se esparcía por todo mi cuerpo, si algo debía retenerme ese era el momento, justo ahí, pero no encontré ni rastro de esa señal así que me quite los prejuicios, los miedos, las inseguridades y deje que entrara toda esa seguridad y pasión que antes habitaba en esta piel.

La habitación era tan grande y al mismo tiempo tan pequeña que no sabia donde terminaba el piano o donde comenzaba la cama. Lo bese tan desenfrenadamente al igual que él lo hacía conmigo ¿Cuántas veces deseamos tanto este momento? La ropa me pesaba demasiado

"mal día para usar pantalones Gin, mal día" pensé

El sin embargo, se había cambiado el buso por una camisa manga ¾ color celeste, estorbaba, todo estorbaba, así que desabotone la camisa lo más rápido que pude y lentamente la deslice por sus brazos, deseaba tanto pasar mis manos por su cuerpo sin sentirme mal por pensar de esa forma y en un momento brusco la aparte por miedo, pero el notó la situación y agarro mi mano para ponerla en su pecho nuevamente, la yema de mis dedos rozaba lentamente su piel ocasionando que se erizara a una cantidad exorbitante, rodee su pecho posándome en cada tatuaje que tenia y cada vez que encontraba otro era mejor que el anterior, encontré el que se había hecho conmigo, la serpiente rodeando su muñeca, quise besarla, quise besarle cada uno de los tatuajes así que mientras yo me quitaba todo lo que mi consciente permitía y quedaba en ropa interior lo llevaba poco a poco a acercarse a la cama. Quiero besarle los tatuajes, quiero besarle los tatuajes, era una idea loca, una descabellada, pero quería hacerlo

—Quiero besarte los tatuajes — vi como esa sonrisa que me había hecho llegar a este punto salía a relucir nuevamente

—Tu puedes hacer conmigo lo que quieras

Recostado en la cama deslicé mi cuerpo hacia el de él y comencé a besarlo, besaba su cuello, su clavícula, la manzana que siempre quería asomarse por su garganta, su pecho, sus brazos, su antebrazo y cuando quise ver estaba en su mano viendo el tatuaje de serpiente que terminaba justo en su muñeca y ahí al fondo entre el medio de todos los demás tatuajes, escondido, diminuto, la copa de ginebra que ahora también estaba tatuada en mi cuerpo.

No se había percatado de lo que había descubierto, tenia los ojos cerrados y yo no quería comenzar una conversación ahora mismo, no quería nada de eso, subí nuevamente a su rostro para besarlo pero antes de que eso ocurriera él había abierto los ojos, me había tomado de la cintura y jalado a la cama, justo en la posición en la que el se encontraba, con la única diferencia de que el era quien estaba arriba en ese momento

—¿Puedo besar tus tatuajes? — preguntó

—Lamento decepcionarte, pero solamente tengo uno

—me gustaría enseñarte donde te quedarían hermosos si decides hacerte mas

—Adelante.

Besó la copa de ginebra que se dibujaba en mi clavícula derecha, de ahí en adelante disocie cualquier otro lugar porque cualquier contacto que tuviera con mi cuerpo lo electrificaba a gran escala. Se acerco a mi oído y susurro en italiano

—Se mia farfalla — y besaba otro lugar —per favore — y besaba mas

—si...—susurraba con la voz un poco entrecortada

Su cuerpo iba bajando poco a poco hasta mis muslos e iba dejando un camino que erizaban más y más mi cuerpo, supe lo sedienta que estaba de el cuando sus besos cubrieron mi sexo y en respuesta se mojaba más y más, imploraba que el momento no acabara, que si algo debía terminar era con el dentro de mi y no de otra manera, subió su mirada a mis ojos, me penetraban esos ojos color mar intenso, implorando permiso para cometer cualquier acto sin ser juzgados y yo accedí, sentí como su miembro entraba en mi cuerpo y encajaba a la perfección en mí, empujando suavemente, con amor, con pasión pero yo quería más, lo deseaba más, lo deseaba todo

—Quiero mucho más — el sonrío y asintió

Sentí como sus manos se apretaban mas fuerte a mis caderas y como sus besos se mostraban sedientos de mí, del placer de llegar al éxtasis, me agarro de las piernas para llevarlas hasta sus hombros y acerco mis caderas mucho mas a su miembro, me sentía extasiada, quería que jamás terminara, sentía su miembro duro dentro de mí, como aceleraba cada movimiento, como su pulgar de alguna forma también masajeaba mi clítoris y mientras yo perdía fuerza y una braza intensa se iba apagando poco a poco algo me liberaba pero al mismo tiempo me llenaba de él.

Ese día dormido desnudos en su habitación hasta que escuche a alguien gritar. 

Constelación de mariposas - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora