CAPITULO 19 - ANCHOR

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GINEBRA

Desperté a la mañana siguiente muriéndome de la migraña que hasta el canto de los pájaros me parecía un terrible sonido de tamboras, 11:30 a.m. quise levantarme antes pero cada vez que intentaba abrir los ojos un dolor constante me golpeaba de vuelta a la cama.

— ¿Estas despierta? — escuche gritar a mi madre desde lo que podría ser la cocina, pero no respondí

¿Qué fue lo que paso anoche? Estábamos bailando, recuerdo estar con Max bailando y... no logro recordar nada más

— Si estas despiertan baja a comer algo ginebra y también dejaron algo para ti esta mañana

— Ya bajo mama.

Intente ponerme ropa cómoda, al menos aún faltaba mucho para mi clase del sábado, cosa que no se repetiría en los próximos semestres porque detestaba salir un sábado a la universidad y más en la tarde.

— Mamá ¿Quién me trajo a casa anoche?

— Así estabas que ni te acuerdas— dijo mientras me agarraba fuerte del brazo y yo muy sensible de toda la resaca que tenía no dude en gritarle que me soltara — el muchacho de al lado te acompaño, luego se fue para su casa

— ¿Alex? — mamá me miro asombrada

— Así que, si tiene nombre, ayer solo te dejo dijo que vendría luego a presentarse y se marchó, aunque si apenas ayer lo conociste la imagen que tiene de ti es ser una jovencita alcohólica que claramente no soporta ni sus propios pasos cuando bebe

— Pensé que querías que saliera más

— Una cosa es salir ginebra y otra es emborracharte y llegar en la madrugada acompañada de un desconocido

— No estaba sola, fui con Max y su novio y él no es un desconocido

— ¿no lo es? No lo había visto nunca

— Es nuestro vecino

— ¿Que? ¿Como que es nuestro vecino?

— Lo es, vive justo al lado de nosotros tu misma lo has dicho

— Y se puede saber ¿desde cuándo la señorita habla con nuestro vecino?

— Llevo varios meses mamá, pero como somos amigos no le vi la gran cosa

— ¿amigos? — pregunto mientras jalándome del brazo me llevo al comedor me sentó y luego giro la silla para que quedáramos frene a frente — este chico ¿tiene tu edad?

— Es un poco mayor creo, no le he preguntado

— ¿esta soltero?

— Pues... creo que sí, no le he preguntado

— ¿de dónde es? Es que ayer le note un acento más... un poco diferente

— Es de Italia mamá

— Con razón me parecía similar pero no de aquí

— ¿te gusta?

— A ver mamá — dije levantándome rápidamente de la silla — somos amigos, es lo único.

— ¿pero te gusta?

— Mamá ya basta

— Bien, si no te gusta deberías decirle, porque no creo que un simple amigo se tomara la molestia de ven ir a las 7:00 a.m. para traerte medicina, jugos y comida para que te quitaras el malestar que cargas encima

Resople y tome las cosas que estaban en la mesa junto con la bolsa que según mi madre había llevado alexander.

Me acosté en la cama y volteé la bolsa. había pastillas para la migraña, jugos de naranja y chucherías, también dos notas que por alguna extraña razón tuve que cerrar la puerta para sentir que las leía con tranquilidad

Constelación de mariposas - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora