CAPITULO 13 - REWRITE THE STAR (2)

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GINEBRA

"El mundo es un pañuelo" es algo que solemos decir, pero ¿con cuantas casualidades nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida? A decir verdad, tenía miedo de caminar en la misma dirección que estuviera llevándome la vida y más que al final estuviera otra persona, es fácil aferrarse a aquello que nos hace feliz, a quien nos hace feliz, lo difícil viene cuando te toca alejarte y dejarlo atrás, para nadie que ha querido de verdad es fácil seguir avanzando sin mirar atrás.

Un chico alto como de 1,80 o más se acercaba a nosotros, culpare al astigmatismo por no poder reconocer sus facciones de inmediato, las ondas de su cabello caían en su frente, tenía el cabello un poco largo, más debajo de sus orejas pero hacían complemento unas con otras, a medida que se acercaba podía distinguirlo, podía ver sus mejillas enrojecidas, tal vez logró reconocerme o tal vez no, usaba unos lentes color negro, redondos que quedaban a la perfección con su rostro rectangular y que protegían esos bellos ojos como el color del mar. No soy fiel creyente de eso del amor a primera vista, creo mucho en que el amor se construye, se trabaja y se proyecta ¿alguna vez alguien te ha hecho dudar de tus creencias al menos una vez? Porque justo en este momento me estaba cuestionando muchas cosas ¿destino o casualidad? Quizás ambos, quizás ninguno.

— Ciao Alex! — grito cuando tuvo al chico al lado — es el mejor de la clase, aunque fuera mucho más popular si socializara mucho más — el solo asintió

— Mira te presento a mi mejor amiga — Dijo Max mientras me tomaba del brazo

— Un gusto, Ginebra

— Alex, piacere Ginebra — dijo, tal vez me quería impresionar, lo logro y vi como sopesaba entre si decir algo más o no, pero solo se limitó a una pequeña sonrisa, una muy pequeña pero atractiva sonrisa

— Deberíamos salir en algún momento, todos juntos digo —Expuso Max

— Si estoy de acuerdo — continuo Adam — deberíamos salir ahora mismo aprovechando que ya terminamos

— Lo siento no puedo, aun me falta una clase y luego de eso me ocupare en casa, será para después — intervine

Max y Adam me miraron con desilusión, tal vez era una idea increíble para ellos, pero no logro relacionarme fácilmente con personas nuevas, no en donde me sienta cómoda claro, lo hago solo para hacer parte, pero nunca por gusto, no disfruto de las nuevas compañías, me causan fobia social solo que de algún modo he aprendido a controlarlo.

Ambos se despidieron, abrazados y caminando uno al lado del otro mientras yo quedaba ahí, con un extraño al que podía decirle toda mi vida si me la pedía y era curioso, son muy pocas personas las que tolero compartir el mismo espacio que yo o que disfrute de su compañía, sentía la timidez en él, pero era cómodo, era como estar flotando en el mar, probablemente debajo de mi habrían tiburones, pero me sentía en calma, tranquila, creo que no todos logran tener y brindar tanta paz para los demás.

— Disculpa por lo de esta mañana — dijo el al fin

— Tranquilo, supuse que no recordarías

— Es difícil no hacerlo, no si se trata de alguien como tu

— ¿alguien como yo? — pregunté

— Si, con ese fuego en la mirada — ambos sonreímos

— Bueno yo no sabía que vivías al lado de mi casa

— En mi defensa nunca hubo la posibilidad de cruzarnos

— Es cierto, aunque no sabía que... bueno, estudiaras también

Constelación de mariposas - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora