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Ninguno se atrevió a mirar más allá de la página maldita que Seungmin miró en el primer instante. Fue una clase de miedo lo que les invadió cuando vieron aquellas fotografías a color. Las imágenes de antes, en las calles de los almacenes, ahora quedaban como una cosa indefensa en comparación con lo que había en la carpeta.

Era un collage de fotografías que mostraban a varias personas con pequeños letreros que enumeraban las etapas de cada una de estas, siendo un total de cuatro fases, según esa única pagina que vieron.

Todos pudieron reconocer la primera etapa como aquella que se presentó en Hyunjin. la imagen mostraba a un hombre de más o menos cuarenta y tantos años. Su rostro estaba pálido, expresaba cansancio enorme y las ojeras debajo de sus ojos le hacían lucir enfermo, se veía exactamente igual al más alto de ellos cuando se vio atacado por la centella naranja.

La persona bajo la segunda fase, se veía más lamentable; un sujeto con la mirada perdida en algún sitio de ese lugar donde se encontraba. Odio e ira se reflejaban en sus ojos con gran intensidad, este también se notaba pálido y enfermo, incluso más enfermo que el primero. Además de ello, sus mejillas mostraban una herida de quemadura de tercer grado, que se recorría hasta su boca y garganta.

Para la tercera fase se mostraba una mujer joven. Ella miraba a la cámara, provocando tensión y desprendiendo incomodidad con la mirada. Su piel estaba pegada a los huesos de su rostro y clavículas, la oscuridad alrededor de sus ojos fue escalofriante y en la garganta se lograba captar el rastro de una herida de quemadura, similar al de la segunda fase.

El cuarto y último sujeto de prueba era el más fatal; un joven se mostraba en la imagen. Este tenía el rostro cubierto de rasguños y heridas casi profundas, donde la mayoría hacían su terminación en la garganta, desprendiendo la piel carbonizada de la misma, en un descuidado despellejado. La mirada del sujeto era aterradora, la sensación terrorífica se transmitía tan sólo mirando la fotografía. La furia de este era casi palpable para quien lo mirara, pero no por eso dejaba de ser tan grotesco y crudo, como deprimente.

¿Cómo es que habían llegado a ese punto? Es lo que no dejaban de preguntarse en ese momento, los ocho reunidos.

Chan fue el valiente que tomó la carpeta y decidió tumbarse en el suelo, comenzando a hojear. Palabras palabras y más palabras es lo que pudo ver en sus vagos vistazos, además de algunas imágenes y recortes de periódicos sobrepuestos.

—Aquí hay un diario.

Todos alzaron la mirada ante el anuncio de Hyunjin, quién mostraba un cuaderno de pastas café, con un letrero que igualmente, mostraba el mismo nombre que la carpeta sostenida por el mayor.

—Algo me dice que Lee Jung-soo es la cabecilla de esto —murmuró el mayor—. Todos, traten de buscar algo que tenga el nombre de este tipo —señaló—. Hyunjin y yo nos centraremos en esto, ¿De acuerdo?

Los seis restantes se levantaron de suelo y tras un asentido, comenzaron a rebuscar en todo el laboratorio.

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NOEASY || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora