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—Es la cueva del diablo.

—Nah, es una nueva entrada a Narnia.

—¿Pueden dejar de decir estupideces?

Changbin y Hyunjin se giraron, mirando a Seungmin que se acercaba a ellos para igualmente seguir admirando la oscuridad del pasillo. Al menos ahora podían estar tranquilos porque el castaño ya no estaba en su estado de conmoción. El tiempo de pausa que se dieron luego de ya no encontrar más evidencia, les fue suficiente para recargar energías y aclarar sus cabezas.

Habían pasado horas, muchas si son honestos. Pero tampoco podían darse el lujo de apresurar a Minho, porque sabían que él y Han estaban trabajando hasta el cansancio con esas benditas armas para ellos. Así que por ahora sólo debían buscar la manera de aguantar hasta que sus herramientas de defensa estén listas.

—Apuesto que ahí están los cuartos de prueba —agregó, con la mirada al frente.

—Es lo más probable —asintió Changbin—. ¿Creen que haya mucha sangre?

—A este punto, no lo dudo, será una escena cruda y aterradora... ¿Sabemos algo se Han y Minho-hyung?

—No, pero en cualquier momento lo haremos —aseguró el menor.

Los tres suspiraron a la par y se quedaron con los ojos al frente. El silencio era tortuoso en ese momento. No querían admitirlo, pero estaban muertos de miedo. No importaba si no habían sido atacados hasta ese momento, la paranoia seguía navegando libremente por sus venas en conjunto con los espantosos recuerdos de la grabación y los archivos que iban alimentando a su nerviosismo con cada segundo que pasaba. Mantenerse informados a través de los radios y televisores ya no era una opción y ahora definitivamente, iban a estar moviéndose a ciegas. Situación que claramente aumentó el nerviosismo. Se sentían cada vez más cerca. Se veían a unos pasos cortos de la victoria, pero también se veían en un plano perdedor. Así pues, sólo podían tratar de mantenerse serenos hasta que pasara lo tenga que pasar y no conspirar contra ellos mismos.

—¡Chicos!

Los tres se movieron en cuanto escucharon el llamado del mayor. Se acercaron al centro del laboratorio y miraron uno de los escritorios lleno de armas y objetos extraños que lucían aún más extrañas en sus ojos.

Han y Minho se veían ojerosos, sus bostezos eran constantes y lagrimeaban continuamente por el poco pestañeo. Finalmente, los ocho se reunieron de nuevo, alrededor de la mesa, esperando por las palabras de los recién llegados.

—Antes que nada, me gustaría dejar en claro que Minho-hyung es un maldito genio —halagó orgulloso el de mejillas prominentes, pasando el brazo por el cuello del mayor.

—¿De verdad lo lograron? —se interesó el pecoso, admirando los objetos.

—Fue horroroso, pero sí, lo hemos logrado con ayuda de micrófonos y parches... Ahora, me gustaría mostrarles esto y luego quisiera tomar una siesta.

—Adelante, Minho —aceptó Chan.

—Bien —asintió—. Necesito que me pongan atención en intenten hacer que funcionen, los adaptamos a cada uno así que no debe de ser un gran problema —explicó.

El de cabellos salmón se detuvo al costado de la mesa, observando sus creaciones. Tarareó un instante y tomó una metralleta de juguete para extenderla hacia el mayor. Bang alzó la ceja y tomó el arma, mirando con cuidado cada detalle.

—No es real, pero sí es funcional —aclaró— es de largo alcance y la potencia es cambiable, puede ser de mucho abarque o puede ser fina, por lo que puedes darle a varios o a un objetivo en particular. Hemos llenado el pequeño contenedor con figuritas de material sólido, así que, podrás recargar tu arma con sacudidas ruidosas, sin necesidad de munición.

NOEASY || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora