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Por primera vez en todas esas tardes transcurridas, la sala de estar se mantenía silenciosa. Los siete integrantes del equipo continuaban mirándose entre ellos, lanzando breves vistazos a la tableta electrónica posada en la mesita de centro, tratando de mantenerse entretenidos con algo más. Ninguno se atrevía a decir algo, todos querían dejar su completa concentración en el aparato. Habían pasado treinta minutos desde que el mayor de todos salió de la bodega. Las palabras habían sido escasas, siendo mucho mayores, los suspiros lanzados cada dos minutos.

Minho apartó la mirada de la tableta para colocarla encima del pecoso, que no había dejado de dar vueltas, mordiéndose las uñas. Aunque todos estaban nerviosos, Felix era por mucho el que menos autocontrol tenía de su ansiedad. Hyunjin se había encargado de tranquilizar a su amigo minutos antes, pero entonces, una notificación falsa en la tableta le hizo revivir sus ansias.

—¿Desde cuando te dedicas a los vlogs y a los streams, Lix? —preguntó interesado, llamando su atención.

Seungmin que estaba a su lado, también se mostró interesado y ambos ojos se colocaron curiosos sobre el de cabellera clara. Felix detuvo sus pasos, mirando al mayor, ladeó la cabeza, pensativo y luego formó una sonrisa.

—Tengo tres años —contestó con orgullo.

—Eso es asombroso, hyung —respondió el Min menor—. Supongo que así te ganas la vida.

—Sí, así es.

Minho se quedó observando la interacción de sus menores y se alegró cuando Seungmin se unió a la plática porque Felix comenzó a usar términos extraños que él no entendía y que definitivamente no iba a investigar por pereza. Bajó la mirada unos segundos, recordando el diario improvisado de Chan en su tableta, recordó que éste le dijo un par de veces que era importante tener pruebas de absolutamente todos los sucesos de aquella pesadilla. Minho realmente se había burlado de su mayor y de la paranoia que este desprendía en cada poro de su piel, pero ahora, viéndose en la situación que estaban, no podía negar que Bang tenía razón.

—Oye Lix.

—¿Si, hyung?

—Deberías usar tu experiencia para ayudar a Channie-hyung con sus anotaciones.

Los dos menores ahora llevaron su atención al mayor. Felix se sentó en el sofá individual frente a los dos Min con la ceja alzada en completa duda.

—¿Cómo es eso, hyung?

—Chan-hyung ha estado trabajando en un diario digital —tomó la tableta en sus manos—. Escribe todos los sucesos en un día, incluso si alguno de nosotros mostramos algún comportamiento extraño —explicó, mostrándoles una hoja del escrito de su mayor.

Seungmin y Felix leyeron aquella parte del diario. Las palabras eran pulcramente redactadas. El acomodo de los sucesos y el impecable uso de fuentes les hizo saber que Chan seguía siendo el mismo loco perfeccionista que conocieron desde un inicio.

—Ninguno de nosotros tendrá tiempo para redactar algo tan increíble como eso, así que en su lugar, podrías grabar un vlog, como lo haces con normalidad —añadió con una sonrisa.

—Lino-hyung tiene razón, eres bueno en ello, si alguno de nosotros lo intenta, seguramente terminaremos entregando puras tomas del suelo —coincidió Kim.

Felix volvió a repasar la pantalla de la tableta en sus manos. Presionó la misma recordando a la chica de antes y el peligro por el que estaban pasando, además de la clara injusticia que el gobierno estaba cometiendo.

—Está bien, supongo que puedo hacerlo —levantó la mirada—. Tan sólo necesitaré hacer algunos arreglos a mi teléfono y...

—No digas más, yo puedo hacer las mejoras en tu teléfono —interrumpió el de cabellos salmón, sonriéndole.

NOEASY || STRAY KIDSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora