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"Es de los que te hacen reír Margot"
"¿Y? Eso es bueno ¿No?"
"No" Sonrió con pena. "Esos son los que no se olvidan nunca"
<<Un Cuento Perfecto>>

Lo primero que he pensado al plantearme qué buscaría en un chico, es el sentido del humor. Me gusta rodearme de personas que sepan pasar el rato. De esas que no se molestan por una broma e incluso son capaces de seguirlas. Además, vivimos en un mundo en el que las cosas buenas no duran y las malas parecen eternas, personas capaces de hacerte reír en medio de tanta desgracia son como diamantes en medio de todo el carbón. En lo personal disfruto al reunirme con personas así, valoro cuanto pueden mejorar tu día sin ni siquiera intentarlo.
Sin dudas al pensar en un compañero de vida valoraría antes que muchas cosas, su humor. Ya basta de niños sensibles y amargados. La vida necesita más energía positiva y un poco de color. De ese que ves desprender a personas maravillosamente atractivas, como resulta alguien que no importa el momento, pareciera brillar entre el resto. Ninguno de nosotros merece estar al lado de alguien que no sea capaz de reír a la par nuestra. De emocionarse por los pequeños detalles de la vida, de notar cuando necesitamos esas risas, ya sean de todo o de nada. Divertirnos solo porque sí.

Y tan necesaria como la capacidad de saber divertirse esta la paciencia, que es un requisito obligatorio. En mi caso al menos, no resulta posible para alguien de "mecha corta" aguantarme. Además, desde mi punto de vista puede llegar a ser clave en una relación.
Y con relación me refiero a cualquier tipo ya sea de amistad, romántica o incluso entre padres e hijos. Alguien paciente es una persona observadora que sabe cuando callar, cuando dar tiempo, cuando actuar. No dejarse llevar por impulsos es importante a la hora de tomar decisiones. No obstante, cuando tratas con una persona como yo, es necesario tener la suficiente para comprender muchas actitudes y rasgos de mi personalidad. A alguien incapaz de sobrellevar la torpeza o intensidad en una persona le sería imposible lidiar conmigo mucho tiempo. Por eso siempre mi círculo cercano está conformado de personas así. Que sepan comprenderme, aceptarme y sobrellevarme a pesar de mis defectos.

Admiro la paciencia que me tuvo siempre. Como dije, soy insoportable y lo reconozco. Un poquillo (solo un poquito) intensa y bastante enérgica, al contrario él es como una piedra que no quiere ser perturbada o movida de su sitio. Entonces llegaba yo a empujarle. Nunca se quejó, ni me dijo que estaba harto de mí, ni me cortó en medio de una explicación de algo que aunque importante para mí para el no tenía ninguna relevancia.
  En algún momento frenó alguna discusión, de esas donde ya se cansó y solo me dio la razón, pero nunca lo hizo con una actitud que me hiciera sentir mal o me quitara las ganas de llevarle la contraria la próxima vez. De hecho, solo me daba más confianza a entregarle mi humilde opinión, sabía que si me escuchaba no lo hacía por compromiso ni de mala gana. Si le llegaba a molestar me lo decía.
Realmente es muy probable que no lo hiciera a propósito. El es así por naturaleza, pero siempre me atrajo la paciencia que me demostraba. No cualquiera se deja arrastrar por mis ocurrencias e impulsos. Y cuando eres una persona a la que no le gusta ser molestada, no debe de ser sencillo aguantar a una molesta niña intensa revoloteando alrededor.
Él no es una persona que destaque por su paciencia, no soporta esperar y no tolera mucho tiempo algo que le moleste. Por eso valoro tanto su aguante conmigo.
Cuantos no han tenido al lado a personas que con dos palabras ya les están haciendo callar. Que no les importan sus opiniones o vidas. Que solo quieren tener al lado simples marionetas de exhibición, esas que no tienen voz ni voto, mucho menos control sobre sí mismas. Yo estuve ahí, por lo que no hay cosa que deteste más a que me manden a callar. Aún y cuando hablo mucho, soy irritante y no tengo botón de apagado.
  Me mandan a cerrar la boca bastante seguido, pocas cosas me hacen sentir tan mal. Pero no tengo recuerdos de él haciéndolo. Eso quiere decir que si en algún momento necesitó que me callara para hacer o decir algo, no lo hizo de forma exigente y despectiva, eso vale oro.

Así mismo también la confianza es más que clave. Una relación sin confianza es como un coche sin ruedas. Puede ser bonito y de último modelo. Con una carrocería impecable. Si le pones ruedas de cartón no va a llegar muy lejos. Si no se las pones en lo absoluto ni siquiera va a moverse. De eso se trata, el cariño es el motor que impulsa pero gracias a la confianza es que se mueve. De nada sirve que solo una persona confíe en la otra. Si no son dos personas tirando del carro solo irán en círculos. Debido a que comprendí esto aún siendo muy pequeña, siempre he buscado confianza y he confiado en otros. Amistades me han traicionado, me he visto siendo la única que confía, han dedechado esa confianza, me han brindado un falso interés que tarde o temprano termino descubriendo. Sin lugar a dudas la mayoría de las personas no saben mucho acerca de mantener buenas relaciones entre ellas. Por esta deficiencia, que tristemente es muy común, a muchos nos toca pagar los platos rotos. Entonces nacen las personas con problemas de confianza, que no se atreven despues de tanto a confiar en quienes tratan de acercarse.
Y ninguna relación en este mundo funciona sin confianza. Los seres humanos, que dependemos de otros para todo: familia, amigos, trabajo, esta situación no hace más que complicarnos la existencia. Así que, ¿cómo pasar por alto el buscar a alguien capaz de brindar la misma confianza que le ofreces? Luego de saber todo esto sería masoquista de mi parte conformarme con menos. Estoy cansada de rodearme de personas en las que no puedo confiar. Ojalá el mundo lo estuviera también, tendría mejores personas.

Gran parte de mi vida me dediqué a escuchar a otras personas. Me gustaba brindarle confianza al resto y era una niña conocida entre mis compañeros de aula como alguien a quien contarle cualquier situación, que sería incapaz de abrir la boca para contarle a alguien más. Incluso adultos, me confiaron en algun momento información delicada y luego se sorprendían al enterarse de que ni siquiera a mi madre le dejaba saber. Aún después de todo esto, era muy difícil encontrar a quien contarle mis problemas en busca de consejos. Era y es,  bastante duro darse cuenta según hablas con alguien lo bastante poco que a esa persona le importa tu vida y lo que pase en ella. Aún peor si notas que solamente te escuchan por compromiso y que quieren librarse de ti rápido.
  No hay nada que aprecie más a alguien que te escuche porque desea hacerlo, que mas allá del compromiso que implica devolverte lo que haces por él o ella, lo haga aún cuando no tenga nada que agradecerte.
Solo una persona dispuesta a escuchar a los demás sería capaz de ello.  Alguien que sepa lo que se siente no tener en quien apoyarse, o mínimo tener el grado suficiente de empatía para brindarte su apoyo incondicional.
  Adoro a las personas así y considero que quedan pocas en comparación a todos los hipócritas que nos rodean. Al pensar en las características de mi "tipo ideal", obviamente no podría omitir su capacidad para escuchar.

Querido Krush [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora