Prólogo

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Cada mañana venía a este mismo lugar donde mis manos, y ojos atendían, veían y servían a personas desconocidas. No siempre eran las mismas. Un día venía aquella señora con sacos extravagantes. Ella me agradaba. No siempre me agradaban las personas que entraban a esta cafetería, algunas eran demasiado groseras, otras demasiado amables pensando que podría cobrarles menos solo por hacerme plática.
Hasta ese día.

Unos cabellos rizados, castaña, con las puntas rojas y un mechón completamente teñido del mismo tono, una sonrisa y sus ojos cafés oscuros, como el café que pidió desde esa mañana, con delineador negro bajo estos. Se volvieron tan profundos como mi curiosidad por saber de ella. Su estilo, parecido al mío. Pantalones entubados, negros y algo rotos, converse con garabatos sobre estos, los cuales tenían un significado. Algunos tatuajes notorios, y pulseras en ambas muñecas, collares y siempre un pequeño brillo natural en sus labios, que pronto descubriría el sabor de estos.
Un roce bastó de su mano, y saber el nombre al darle su entrega para querer saber de ella. Querer conocerla. Querer que venga diario por su café completamente cargado de cafeína —más de lo que la gente suele pedir —, quería saber cada parte de su historia.

End Up Here || Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora