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—¿Vas a salir hoy? —Preguntó mi mamá, entrando a mi cuarto.

—Sí, es probable que llegue tarde. No me esperes.

—¿Y a dónde irás?

—Es en su casa, no te preocupes. Estaremos bien.

—¿De quién? ¿De una de las chicas? —Al decir "chicas" se refería a Ronnie, Diane y Fanny, pero no eran ellas.

—No, ya luego sabrás. Voy a bañarme.

—Bueeno, te dejo. —movió su mano, despidiéndose de mi, abrió la puerta y salió por esta. Suspiré y entré al baño, acomodé las cosas que iba a ocupar y abrí la llave.

Me duché, en diez minutos aproximadamente, bastante rápido a ser sincera, al salir me envolví en una toalla, y con otra quité el exceso de agua de mi cabello. Caminé hacia mi habitación y me vestí: una falda de cuero negra con una blusa tipo corsé roja con negro, un blazer del mismo material que la falda y por último, unas botas Dr. Martins. Me había costado días pensar en cómo iría vestida, lo había aclarado justo ayer.

Hice mi pequeña —pero útil — rutina de Skincare, me hice el cabello, si es que se podía definir así, aunque era de dedicarle tiempo, siempre quedaba a mi gusto. Con volumen pero no tanto, con definición pero en rizos chicos, y la parte de delante, bastante bien definida.

Cuando terminé con el cabello, empecé a maquillarme. Me lave los dientes y acomodé lo que iba a llevarme, me puse perfume y guardé mi teléfono en una de las bolsas del blazer, baje las escaleras cuando estuve lista y me detuve en el ultimo escalón, saqué mi celular y abrí el grupo que teníamos Fanny, Ronnie, Diane y yo.

«Ya me voy. Cuando vuelva les contaré todo en un podcast.»

Ellas ya sabían que yo saldría hoy, y como las buenas amigas chismosas que son, obviamente me pidieron que les contara todo a detalle, por eso el mensaje. Fanny contestó de inmediato deseándome suerte, bloqueé la pantalla y caminé hacia la cocina, me acerqué a la barra y tomé un topper con galletas que había horneado antes. Mire a mi mamá acercarse y sonreí.

—Ah, te ves muy linda. Me tendrás que platicar. —Habló ella, apoyando su cuerpo en la barra.

—Uh-huh, te contaré cuando llegue. Ya me voy.

—Okay, con cuidado. Te amo. —Sonrió y me abrazó. Aún me costaba contestarle un "te amo más". Porque, que aquellas dos palabras era muy difícil que salieran de mi boca. Incluso así fuese, me costaba mucho.

—Gracias. Yo también. —Me separé del abrazo y caminé hacia la salida, tomé el topper en uno de mis brazos y con el otro, abrí la puerta. Salí de mi casa y fruncí los labios, me senté en las pequeñas escaleras que había antes de la puerta de entrada y busqué mis audífonos, me los puse y empecé a escuchar música. Ya una vez con los audífonos, empecé a caminar hacia su casa. El camino fue de veinte minutos aproximadamente, me había pasado su dirección, la cual había analizado horas antes para grabarme el camino y no estar con mi celular en la mano en la calle. Al llegar, suspiré, nerviosa, me quité los audífonos y los desconecté de mi celular, los guardé; toqué el timbre y pasaron unos segundos para que la puerta se abriera, esperé ver su blanco rostro, pero en cambio, tuve que bajar la mirada un poco para mirar a un niña de unos doce años, llevaba puesto un vestido rojo con un "saco" negro y unas sandalias negras muy lindas.

—¡Ya llegó la novia! —Gritó, en cuanto me miró de pies a cabeza. Me hizo sentir diminuta, a pesar de ser mayor que ella.

—Ja. Hola. —La mire, ladeando la cabeza, en mi cara apareció una sonrisa.

—Hola. Soy Zoe, soy la hermanastra de Michael.

—He escuchado demasiado de ti. Un gusto, Sally. —Estiré mi mano disponible y ella la estrechó.

End Up Here || Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora