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Rudy | Alejandro pt. 3

-Alejandro- jadeaste sintiendo como te llenaba de placer, no podías contenerte,  estabas al borde del extasis- a...A... alejandro es..espera ahhh- susurrabas gimiendo, cuando sentiste una corriente única pasar por todo tu cuerpo, era el exquisito extasis, uno que no creíste volver a sentir, Alejandro te llenó por completo de su esencia, una que te hizo sentir magnífica, ambos terminaron cansados y jadeantes,este salió de tu interior y en cuanto lo sentiste fuera, tomaste tu ropa acomodándola y te levantaste casi tirandolo al piso, te colocaste un abrigo cubriendote aun más y saliste de la habitación.

Bajaste las escaleras furiosa y entraste a la cocina para beber un vaso de agua, tus manos temblaban,¿Cómo era posible que Alejandro te cogiera? Y peor ¿que lo hayas disfrutado?.

-T/n...escucha se lo que piensas y yo- trataba de explicar Alejandro acomodándose la camisa al momento en que entraba a la cocina, pero no le dejaste terminar, lo abofeteaste, este no dijo más.

-Eres....Alejandro...soy la mujer de tu mejor amigo...Soy la esposa de Rodolfo Parra...soy una mujer casada con una familia e hijos...carajo...conoces a mis hijos, eres su puto tío de mierda- susurrabas con tu voz se quebraba.

-Escúchame yo solo...- no le dejabas terminar.

-Cállate.. cállate no me interesa, mañana mismo recoges tus cosas y te me largas de esta casa ¿entendiste?- amenazaste, la mirada de Alejandro era de dolor.

-No- demandó,  soltaste un suspiro.

-Eres un cínico...pones en peligro tu amistad de años...y mi familia...mi matrimonio, no voy a permitir que tu...- Alejandro te tomó de la cintura y jaló hacia el besandote,  un beso profundo y salvaje lleno de deseo, no sabías que hacer, comenzaste a empujarlo, sabias lo disfrutabas pero no era correcto, con tu rodilla le golpeaste haciéndolo retroceder- no...no te atrevas a hacer eso de nuevo...¿entendiste?- lanzaste furiosa, este te miraba con una sonrisa triste.

-Mamá...- la voz de tu pequeño se hizo presente, sentiste un balde de agua caer sobre ti ¿escuchó lo que peleaban con Alejandro?, Alejandro se paró apoyándose en el muro de la cocina y tu intentaste hacer como si no pasará nada, tu pequeño entró- Hola tío Alejandro- el pequeño saludó somnoliento.

-Hola campeón ¿que ocurre?- preguntó Alejandro suavemente.

-Tengo sed- bostezó con dificultad el pequeño, serviste un vaso con agua y se lo diste.

-Ven te llevare a la cama- dijo Alejandro llevándose al pequeño a dormir, tu no querias hablar solo te limitaste a asentir y mirar a través de la ventana de la cocina.

Te preguntabas ¿por qué lo habías disfrutado tanto? Tus mejillas comenzaron a enrojecerse, pensando en vomo te tomó hace unos momentos, era salvaje, dominante, era simplemente placentero, luego tu mente viajó al recuerdo de aquella vez en el baño...te diste cuenta...no tuviste sexo con Rudy...era Alejandro, luego el flashback se centró el su chiste del agua...desde esa vez cogiste con el y no te habías dado cuenta, pensar que cogiste con ambos te hizo mojarte pero nuevamente tus pensamientos te traicionaban,  era malo, era muy malo haber hecho eso, mierda.

-Tenemos que hablar bien- la voz de Alejandro te interrumpió de tus pensamientos, le viste en la cocina ahora estabas frente a el- Alex ya se durmió, Lucy sigue dormida al igual que Rudy- querías partirle la cara- t/n...sabes bien lo que sientes, mientras te cogia solo 1 vez mencionaste a Rudy...las demás fueron "Alejandro" "Alejandro"....- te abochornaste.

-mientes- susurraste sin poder creerlo, Alejandro se acercó a ti, jalandote desde tu cintura hacia el, pegando sus cuerpos, sentiste su calidez-Alejandro- susurraste al sentir su respiración en tu cuello.

-hablaré con Rudy....se que esto no le molestará- nuevamente sentiste el cólera subir por tu ser e intentaste abofetearle pero esta vez este te detuvo- nononono mi chula...esta vez hazle caso a tus deseos- rozó tus labios con los suyos, retandote a besarle, tu ritmo cardíaco se elevaba aún más, sentiste su erección en tu vientre, comenzaste a desearle aún más- déjame entrar- presionó su pelvis contra la tuya, gemiste levemente- dejame hacerte mía por una noche más y si decides lo contrario, mañana mismo me voy, desaparezco de tu vida...lo prometo- te dejaste besar, un beso suave, un beso candente que poco a poco se tornaba deseoso, le dejaste entrar en tu boca, sintiendo como tu lengua y la de el bailaban en un compás equilibrado, colocó una de sus piernas entre las tuyas haciéndote rozar tu intimidad con el.