CAPÍTULO 7

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Al llegar a casa, no puedo parar de pensar en ese beso y en la reacción de Joe. ¿Cómo hemos llegado hasta este punto? Todo parece fuera de lugar, como si estuviéramos viviendo en un mundo paralelo. Sé que somos demasiado diferentes, pero hay algo en él que me atrae, algo que no puedo explicar.

Decido dejar de pensar en todo esto. Me pongo los auriculares, subo el volumen de la música y me tumbo en la cama, intentando aislarme del mundo por un tiempo. Cierro los ojos, dejando que las canciones me arrastren lejos de la realidad, hasta que, sin darme cuenta, el sonido del despertador me arranca de mis pensamientos. Las 7:20 a.m.

Me levanto, me visto y salgo de casa como cualquier otro día, aunque en mi mente se revive una y otra vez el beso con Joe.  Al llegar al instituto, Lauren me está esperando en la entrada, como siempre. Aprovecho el momento para contarle lo que ocurrió el día anterior.

—Eso es imposible, tiene que estar tramando algo —dijo Lauren, con una expresión de incredulidad.

—¡Venga ya! Lauren, ¿por qué te molesta tanto? —pregunto, sintiéndome un poco frustrada por su reacción.

—¡No me molesta! Solo que no me fío de él. —Lauren cruza los brazos, a la defensiva.

—Me da igual que no te fíes de él, la que elige de quién fiarse soy yo— le respondo, firme, sin pensarlo mucho. Lauren está consiguiendo que me enfade, y antes de que la situación escale más, me doy la vuelta y me voy a clase de biología.

Durante la clase, apenas puedo concentrarme. Recién hemos terminado el tema de genética, un tema que no quiero dejar atrás. No entiendo por qué, pero me fascina de una manera extraña, hay algo personal, algo emocional, que me conecta con él.

Cuando salgo de clase, Joe aparece a mi lado, como si hubiera estado esperándome.

- Que raro que no estés con tus amigos- le digo sin mirarle a la cara, caminando rápido.

—Ya, a veces me canso de estar siempre con los mismos ¿Sabes—responde, como si fuera lo más normal del mundo.

-Ya... No me pasa, ¿Me dejas? Necesito pasar.- Intento acelerar el paso, pero entonces siento cómo me agarra de la mano. Antes de que pueda reaccionar, me arrastra hacia el patio, donde apenas hay gente.

—¡Venga ya, Sarah! —dice firme, y lo siento acercarse más y más, hasta que casi puedo sentir su respiración sobre mí—. No hagas como si no hubiera pasado nada.

—¿Yo? ¡El primero que hace como si no hubiera pasado nada eres tú! —le grito, tratando de alejarme, pero tropezando con la pared detrás de mí. No tengo escapatoria. Él se acerca aún más—. Ese beso no ha significado nada, ni para ti, ni para mí —digo con las palabras atoradas en mi garganta.

Joe me mira intensamente, sus ojos clavados en los míos como si estuviera buscando algo dentro de mí.

—Mírame a los ojos y dime que ese beso no ha significado nada —dice en un tono bajo pero firme, lo suficiente como para hacerme sentir la presión. Hace una pausa, esperando que diga algo, pero no puedo. Sus ojos son profundos, hipnotizantes, y me quedo sin palabras. 

—No puedes, ¿verdad? —dice, con una ligera sonrisa. Sabe que tiene razón. No puedo negarlo, ni siquiera a mí misma.

Asiento con la cabeza, tratando de mantener la compostura, pero antes de que pueda responder, alguien nos interrumpe.

—Joe, el de Física y Química te está buscando —dice un chico que se acerca corriendo. Me resulta familiar, pero no recuerdo su nombre.

—Andrew, dile que ya voy —responde Joe con un tono serio, claramente molesto por la interrupción.

—Date prisa, Joe, está de mal humor —añade Andrew, antes de marcharse.

Joe suspira, visiblemente frustrado. Nos hemos quedado en medio de algo importante.

—Tienes que irte —le digo, más como una afirmación que como una pregunta. No quiero que se vaya, pero sé que debe hacerlo.

—Lo sé —dice, dándose la vuelta, pero antes de irse, se gira una vez más—. Tenemos pendiente acabar esta conversación —dice, levantando la voz lo justo para que lo escuche desde donde estoy.

Lo veo alejarse, sintiendo una mezcla de emociones contradictorias. ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado? Me quedo allí, sola, en el patio vacío, preguntándome qué va a pasar entre nosotros y si realmente puedo confiar en él.

¿POR QUÉ YO? // REESCRIBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora