CAPÍTULO 8

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Joe

La clase de Física y Química se hace eterna, tanto que siento que las paredes me están aplastando. No lo pienso dos veces y, a pesar de saber que no debería, cojo mis cosas y salgo del aula. A mi paso, las miradas se clavan en mí, seguramente preguntándose qué demonios me pasa.

El patio está tranquilo, y me siento bajo la sombra de un árbol. Observo a los de atletismo correr y estirarse en la distancia.  Decido no poner música, ya que faltan apenas diez minutos para el descanso. Así que me quedo mirando, esperando que el tiempo pase.

Cuando el timbre finalmente suena, me levanto y camino hacia el rincón donde siempre me encuentro con mis amigos. Mike y Carlos no tardan en aparecer.

—¡Hey, Joe! ¿Qué te ha pasado en Física y Química? —pregunta Mike, medio sonriendo.

—Sí, tío, te largaste sin decir nada —añade Carlos, golpeándome el hombro.

—Es que no aguantaba más. El Sr. Schmidt es un tostón, y la clase se estaba haciendo eterna —respondo encogiéndome de hombros.

Carlos se ríe a carcajadas.

—El Sr. Schmidt se ha puesto hecho una furia —

—Sí, suerte que no te encontró por los pasillos —agrega Mike, riéndose aún más

Me uno a ellos, aunque en el fondo no me preocupa demasiado lo que piense el profesor. Cambio de tema y miro a Carlos.

—Oye, ¿y Alice? No la he visto hoy.

Carlos se encoge de hombros, con una expresión extrañamente aliviada.

—No ha venido. Y para ser honesto, no me molesta tanto. A veces es como un descanso, ¿sabes?

Levanto una ceja, algo sorprendido.

—¿Un descanso? Estás hablando de tu novia, tío.

—Lo sé, pero es que últimamente me agobia. Apenas tengo espacio para mí mismo. Me encantaría poder tener más tiempo para estar con vosotros, para hacer cosas de chicos, sin que siempre esté pendiente de mí —responde, riéndose un poco, aunque se nota que lo dice en serio.

Me río con él, pero sé que tiene razón. Alice es bastante pegajosa, y aunque me agrada, a veces me pregunto cómo aguanta Carlos.

—Si te sientes así, quizá deberías pensar en dejarla —sugiero, aunque sé que no es una decisión fácil.

Carlos baja la mirada, pensativo.

—Lo he pensado muchas veces, Joe. Pero... —hace una pausa, como si le costara soltarlo— ya me he fijado en otra chica. Es... diferente.

Me sorprende un poco.

—¿Diferente cómo?

—No es del grupo. Es más... normal. Ni siquiera es de las populares, pero hay algo en ella.—dice, más para sí mismo que para mí.

Lo miro, pensando en lo raro que es escuchar esto de Carlos, siempre tan seguro de todo.

—¿Y qué más da si no es de nuestro grupo? Si te gusta, ve a hablarle. No te quedes atrapado en una relación que te está amargando. Alice te tiene controlado, y eso no es justo para ti ni para ella —le digo, tratando de empujarlo a tomar una decisión.

Carlos sonríe, aunque está claro que sigue dándole vueltas.

—Lo sé, tío. Tienes razón. Voy a pensar bien lo que hacer —responde finalmente.

Justo cuando estamos por cambiar de tema, veo que Joe se tensa y baja la voz.

—Joe, ¿es ella? —susurra Carlos, mientras señala hacia la entrada del patio.

Sigo su mirada y la veo. Sarah. Está caminando con Lauren, ajena a nuestra conversación. Mi corazón da un pequeño salto.

—¿Que?¿Quién? —respondo, haciéndome el desinteresado.

Carlos me mira con una sonrisa maliciosa.

—Te has puesto nervioso. Es ella, ¿verdad? La chica por la que te has largado de clase. Apuesto a que tiene algo que ver con lo de ayer en la biblioteca —dice, adivinando más de lo que me gustaría admitir.

—No digas tonterías —respondo, esquivando su mirada—. Solo me estaba ayudando con Biología. Nada más. Procedo a caminar hacia la salida, dejando atrás a mis amigos.

Mike, que había estado callado hasta ahora, se mete en la conversación.

—Sí, claro, Joe. Sabemos que no necesitas ayuda con Biología- Dice en un tono más elevado asegurándose que recibo su comentario.

Niego a lo lejos con la cabeza, marcando más el movimiento.  Aunque las palabras de Carlos me ponen más nervioso de lo que quiero admitir. Ni siquiera sé lo que significa para mí. Solo sé que solo quiero estar cerca de ella.

¿POR QUÉ YO? // REESCRIBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora