Sarah
El móvil vuelve a vibrar, y, aunque espero que sea Joe, me sorprende ver el número desconocido en la pantalla.
—¿Sí? —contesto, intentando sonar tranquila.
—Hola, ¿usted conoce a Joe Wells? —pregunta una voz grave del otro lado.
—Amm... ¿Joe? Sí, lo conozco, ¿por? ¿Quién llama? —digo, la preocupación empezando a apoderarse de mí.
—Le llamamos del Hospital Central. El señor Wells ha tenido un accidente. Hemos intentado localizar a algún familiar y no hemos podido. Usted ha sido la última persona a la que ha llamado.
—¿¡Qué!? ¿Pero está muy grave? —mi voz tiembla mientras el pánico se instala en mi pecho.
—Señorita, su amigo ha tenido mucha suerte. —Suelto un suspiro de alivio y angustia.
—Vale, gracias.
No tengo a nadie que me lleve acerque al Hospital. La casa de Carlos no está lejos, así que me arreglo y salgo en silencio, tratando de no despertar a nadie.
Cuando llego a la casa de Carlos, son alrededor de las 6:00 am. Ya no suena música, y hay gente durmiendo en el suelo. El ambiente apesta a alcohol y tabaco y entre tanto desorden busco a Carlos.
Lo encuentro tumbado en el sofá, con Lauren dormida a su lado. Me acerco y, sin importarme por ella, le digo:
—¡Carlos!
—No chilles, joder, ¿qué quieres? —responde, sonando un poco borde.
—Joe... —cojo aire, me cuesta pronunciarlo—. Me han llamado del hospital, ha tenido un accidente, tienes que llevarme, por favor —le suplico.
—¿¡Qué!? Mierda... Le dijimos que dejara de beber, que se fuera a casa... —se levanta del sofá, claramente alarmado y con un gran gesto de culpa y preocupación.
Carlos me ofrece un casco. —¿En qué hospital está?
—En el Central —digo, poniéndome el casco y subiendo a la moto.
—Yo... debería haberle contestado el teléfono, si lo hubiera hecho, tal vez esto no estaría pasando.
El trayecto se me hace eterno. Carlos conduce de una manera más sutil, como si intentara suavizar la gravedad de la situación. Pero la sensación de tranquilidad y libertad solo es capaz de transmitírmela Joe.
—Ya hemos llegado —dice Carlos en un tono neutro. — Oye, no ha sido tu culpa, el ha tomado sus propias decisiones.
Al entrar al hospital, la sala de espera me abruma. Hay una cola de unas diez personas esperando a ser atendidas, pero no puedo permitirme esperar. Me acerco a recepción con determinación, ignorando los murmullos de descontento que dejo atrás.
—¿En qué habitación está Joe Wells? —pregunto, mi voz es firme aunque el corazón se me vaya a salir del pecho.
La recepcionista me mira con sorpresa, pero antes de que pueda decir algo, me indica rápidamente la habitación. En el ascensor, el silencio es incomodo, y la tensión entre Carlos y yo es palpable.
Cuando llegamos a la habitación, me esfuerzo por mantener la calma, aunque mi corazón late con mucha fuerza.
—Joe, ¿qué te ha pasado? —exclamo, sonriendo entre lágrimas al verlo en la cama, consciente.
—Tío, estás hecho una mierda —ríe Carlos, romper el hielo con su habitual humor.
—Gracias por el cumplido —responde Joe, su voz es débil. Al ver su estado, me llena de una mezcla de preocupación y ternura.
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¿POR QUÉ YO? // REESCRIBIENDO
Teen FictionSarah es una chica común, o al menos, eso es lo que ella cree. Joe, en cambio, es un chico que vive para la fiesta y no se preocupa por seguir las reglas. Todo cambia el día en que Joe se fija en ella. ¿Por qué ella? ¿Qué sucederá cuando dos almas t...