"A VECES NO ENTIENDO, A BESOS, SI"
Le habíamos contado a Paula lo sucedido y lo que estábamos haciendo, ella escucho atenta todo sin decir nada, al terminar solo nos miró y los tres esperamos una respuesta.
- ¿puedo ver ese libro? – me pregunto, yo lo tomé y se lo ofrecí
- Conozco un poco de magia, pero nunca había visto esos hechizos. – mencione mientras ella lo hojeaba
- Reconozco algunos, como ya debes saber los hechiceros nacemos con la capacidad de solo desarrollar un tipo de magia, realizar algo fuera de nuestra habilidad no es posible o nos genera un gran daño, aun así, uno de cada diez hechiceros puede usar toda la magia existente, este libro es para alguien así, incluso los hechizos de fuego me parecen difíciles, teniendo en cuenta que soy de las mejores con mi habilidad. – cerro el libro y me lo devolvió
- Amber ¿es posible que tú seas una de esas personas? – me pregunto Bean con curiosidad
- No lo sé, solo he practicado algunos muy simples
- Habrá que descubrirlo. – miré a Abel y asentí
- Mañana comenzare a entrenarte con los hechizos de fuego, te mostrare lo que sé, pero tu tendrás que descifrar sola los de ese libro. – Paula se levantó de su lugar. – solo hay una recamara, la mía. – aclaro. - tendrán que dormir en los sofás. – después de eso trajo algunas cobijas y almohadas.
Me acomode en el sillón más pequeño y examine el libro en mis manos, después de un rato note que ambos hombres dormían, me puse las botas y salí al frente de la cabaña, no había nadie afuera, a lo lejos podía escuchar algunos aullidos, no sabía si era seguro estar ahí, pero supuse que no pasaba nada, me senté en los escalones y abrí el libro, leí la primera página, eran algunas frases y varios símbolos, parecía sencillo, pero al parecer no lo era, me preguntaba por qué mi padre me había dado esto, me sobresalte un poco al sentir que alguien colocaba una cobija sobre mis hombros, al girar vi a Abel, me sonrió y se sentó a mi lado.
- ¿no puedes dormir? – pregunto mientras posaba sus manos en el piso tras su espalda y se recargaba un poco
- No, han pasado tantas cosas en tan poco tiempo y no sé qué hacer, todos esperan mucho de mí, pero no pude siquiera salvar a mi padre. – mire la luna llena
- Pero tu padre va a estar bien, recuperaremos su alma. – me dijo con voz suave
- Lo sé, pero ya no será mi padre, su alma reencarnara, cuando pasa no tiene recuerdos, sabe que ya ha sido rey y que lo seguirá siendo, igual que sabe cómo guiar al reino, pero lo que vive en sus anteriores vidas no regresa, el no sabrá quién soy, y supongo que debo asumir el trono hasta que él sea capaz de hacerlo
- ¿tu olvidaras que es tu padre? – me pregunto
- Claro que no. – dije un poco molesta
- Entonces el jamás dejará de serlo, tal vez no lo recuerde, pero será el, así que no te preocupes, lo recuperaremos. – comento con seguridad, lo mire durante un segundo, veía al cielo mientras sonreía un poco, no lo pensé y me lance a él rodeándolo con mis brazos, no tardó mucho en corresponderme el abrazo
- Gracias, sé que eres un demonio y que no tienes sentimientos, pero necesitaba mucho un abrazo. – llore sin soltarlo
- Si tengo sentimientos. – corrigió, me separe un poco y limpie mis lagrimas
- Creo que todo lo que me enseñaron no era verdad, estoy en una aldea dentro del bosque que no es solo de lobos, con un demonio que tiene sentimientos, y un ángel que se supone que no conviven con nosotros, creí que como demonio no podrías entender cómo me siento–reí un poco, el me acomodo un mechón de cabello detrás de la oreja y un leve sonrojo se posó en mis mejillas.
- A veces no entiendo, a besos sí. – bromeo y mi cara se puso aún más roja, el soltó una leve risa. - Te daré algo. – busco en sus bolsillos y saco una pequeña piedra turquesa. – es la piedra de la alegría, siempre que no me siento bien la veo y trato de pensar que ayuda, supongo que tú la necesitas más que yo. – me la dio, la tome examinándola un poco, era muy bonita.
- Gracias Abel, por la piedra y por ayudarme, sin ti creo que ahora las hadas estarían pateándonos fuera de su reino
- Créeme que sí, pero después de Paula ya no se me ocurre nadie más, no tengo muchos amigos
- No te preocupes, lo resolveremos. – le sonreí dulcemente y el me devolvió la sonrisa.
👑
A la mañana siguiente Paula nos despertó muy temprano, hizo algo de comida para almorzar y se cambió antes de volver con nosotros.
- Bien supongo que habrá que avanzar, no podemos quedarnos solo aquí, ten, Amber, guarda tu libro y corona aquí. – me tendió una pequeña bolsa y así lo hice
- Solo tenemos los dos caballos, así que iremos en parejas, princesa tu conmigo. – me dijo Bean al salir de la casa
- Lo siento blanquito, pero el caballo de Abel me odia, tendré que ir yo contigo. – contesto la morena
- Ambos vayan en mi caballo y nosotros en el otro. – contesto
- No te dejare montar a mi caballo. – demando el demonio mientras subía, después de acomodarse me tendió la mano, la tomé y me senté frente a él, con mis piernas a ambos lados, tomo la rienda rodeándome con sus brazos, por su parte paula subió en la parte de atrás y se abrazó a Bean mientras le guiñaba el ojo a su amigo.
- Bien si seguimos este camino llegaremos a la siguiente aldea en dos días – nos informó el ángel viendo un mapa que había conseguido, comenzamos a avanzar con calma juntos, durante el camino Paula me explicaba un poco sobre el elemento fuego, que podría hacer y cómo podría lastimarme.
- Bien, estira tu mano. – me dijo y así lo hice posándola frente a mí. – imagina que una corriente de magia corre por tu brazo hasta llegar a tu mano, imagina el fuego crearse en tu palma, pero no tan cerca, puedes quemarte, solo concéntrate. – solté un suspiro y cerré los ojos imaginando la corriente, comencé a sentir algo fluir, abrí mis ojos e idealice una pequeña flama, a los pocos segundos pude verla, era pequeña, pero lo había logrado, sonreí feliz y mire a nuestros acompañantes, Paula sonreía con orgullo y Bean se veía un poco asombrado.
- Sabía que podrías. – menciono Abel en mi oído, asentí feliz y seguí practicándolo.
👑👑
Al caer la noche nos refugiamos en una cueva y acomodamos las cosas un poco, Bean trajo algo de madera para hacer una fogata y Abel fue a cazar algo.
- Préndela Amber. – me dijo la chica cuando ya teníamos todo preparado, solo faltaba la fogata, me concentre y de nuevo pude crear la flama, ahora un poco más grande, no sabía que más hacer así que la acerque la madera quemándome un poco, aleje la mano con una mueca de dolor. – solo lánzala, no es difícil. – imito mis anteriores movimientos y termino por lanzar la flama. – un poco más de practica y lo dominaras.
Después de eso cenamos y platicamos un rato, el primero en hacer guardia seria Bean así que los demás nos dispusimos a dormir un poco, me acomode entre ambos con algo de distancia y después un rato me quede dormida.
Aquí tienen el siguiente capítulo, es un poco tarde pero estuve algo ocupada, espero que les guste y vamos con las preguntas
¿Por que el rey le habrá dado ese libro a Amber?
¿Creen que realmente los demonios tienen sentimientos o hay algo detrás?
Como siempre nos leemos el lunes, gracias por todo les quiero🫶🏻
ESTÁS LEYENDO
LAZOS MÁGICOS
Fantasy"El rey ha sido asesinado y su milenaria alma aprisionada. El criminal la guarda con recelo en un contenedor de cristal dentro del palacio que ahora clama como suyo. Cuando el caos y la oscuridad comienzan a apoderarse de todo el continente, un puña...