"LLEGAMOS A NADA QUERIENDO SER TODO"
Habíamos salido del castillo apenas notamos un ligero rayo de sol, éramos escoltados hasta la frontera de Zeniq y desde ahí estaríamos solos, todos nos estábamos asustados, la situación no había hecho más que empeorar, Enuel estaba desesperado por encontrarme así que había enviado a sus tropas al bosque en mi búsqueda, atacaba las aldeas y mataba sin remordimiento, lo había enfurecido que asesináramos a su mejor amigo, y pese a que aún tenía pesadillas por las noches al recordar la escena, me alegraba que sufriera el dolor de una perdida como yo lo hice con mi padre, y estaba segura que lo haría sufrir más, yo no pude llorarle como debía, no pude abrazarlo una última vez, despedirme y decirle que lo solucionaría todo, que traería la paz a nuestro hogar de nuevo, ni si quiera sabía que había hecho con su cuerpo, trataba de no pensar en venganza, solo hacer justicia y resolver todo pero no podía evitarlo.
- hay una pequeña aldea a unos metros. – dijo Abel después de un rato. – es muy cerca de Zeniq así que aun la han atacado podemos parar y buscar unos caballos.
- Parece que también hay un rio cerca, necesito hidratarme. – todos asentimos y nos dirigimos al lugar.
Llegamos después de un rato, Paula decidió acompañar a Xim así que los demás entremos a un bar para comer algo.
- Parece que las cosas van bien con tu novia. – le dijo Alexander a Leo para tratar de romper el silencio
- Al parecer y ¿tú con tu ex? ¿Por qué la dejaste? – nunca habíamos podido preguntarle ya que la sirena no se le despegaba
- Adoro a Xim, pero llegamos a nada, queriendo ser todo, no voy a lastimarla de nuevo. – dio un trago a su cerveza y decidimos ya no mencionar nada
- Pero mira quien está aquí. – un tipo llamo nuestra atención. – la pequeña Anabel pensé que te habías perdido en el bosque. – la mencionada se levantó feliz y lo abrazo era un hombre joven y apuesto supuse que era también un lobo.
- Yo te creía muerto, con eso que decidiste hacerte soldado. – Bean se puso de pie alerta ante lo mencionado. – tranquilo, es de confianza. – lo relajo la chica y fue cuando el hombre noto nuestra presencia. – chicos él es Kenzo, éramos parte de la misma manada, ellos son mis amigos
- Bienvenidos, ¿Qué tal si cenamos juntos? Estaba esperando a unos amigos para divertirnos un rato
- Claro. – contesto Dan sin dudarlo. – también esperamos a unas amigas.
Se sentó junto a nosotros y al poco tiempo vimos entrar a nuestras amigas, el chico resulto ser muy agradable y nos explicó que muchos de los guardias estaban trabajando a espaldas de Enuel buscando ayudarme, pero no podíamos confiarnos, había infiltrados en ambos mandos.
- Ya están aquí. – se puso de pie y levanto la mano haciendo señas a dos hombres que entraron, ambos con las capuchas puestas, nos miraron y se acercaron. – me topé con unos viejos amigos y decidí que podíamos juntarnos todos. – en un parpadeo tenía una daga en mi cuello, uno de los hombres se había colocado detrás de mí y ahora me amenazaba, todos se pudieron de pie alerta, con mi magia calenté su daga generando que le quemase y la soltase, para después lanzarlo con una ráfaga de viento que solo logro hacerlo caer sobre su trasero
- ¿Quién eres? – exigí saber mientras Xim se colocaba a mi lado
- Solo quería comprobar que no has estado perdiendo el tiempo. – reconocí la voz al instante y cuando levanto la cabeza para mirarme no lo dude más y me lance a él para abrazarlo tirándonos en el proceso, pero se incorporó de nuevo dejándome de rodillas frente a él que seguía sentado
- Alen ¿de verdad eres tú? – me separe y tome su rostro entre mis manos para verlo mejor, el me sonrió dulcemente para volver a jalarme a sus brazos sin importarle que seguíamos en el suelo, a pesar de mi sensación de felicidad algo me oprimía el pecho, supuse que eran los sentimientos de Abel, así que me separe y me gire a verlo, su cara mostraba enfado, pero muy en el fondo dolor
- ¿Quién es el Amber? – cuestiono Paula apoyando una mano en el hombro del demonio, me puse de pie seguida de mi acompañante
- Mi nombre es Alen, soy un el segundo al mando del rey y ahora el esposo de Amber. – lo mire con los ojos muy abiertos ante sus palabras y de nuevo el dolor se instaló en mi pecho.
- Espera ¿Qué? – pregunte pensando que jugaba. – no estoy para bromas Alen
- No es una broma Amber. – saco un pergamino de su pantalón y lo extendió en la mesa frente a nosotros, este establecía el matrimonio entre mi mejor amigo y yo, estaba firmado por un representante de cada reino, entre ellos figuraba el nombre de Lamia y supe que ese documento era totalmente valido.
- Amber. – me llamo Abel. - ¿podemos hablar?
- no solo ustedes deben hablar, todos merecemos una explicación, estamos arriesgando nuestras vidas y al parecer no es necesario ya que tenemos al siguiente rey frente a nosotros. – por el tono de Anabel supe que estaba molesta
- sentémonos que seguro Alen puede explicarnos porque hizo esto. – Bean miro a mi amigo con reproche y este le sonrió un poco, se conocían de antes y el mayor siempre aseguro que mi amigo era un gran soldado, pero sin cerebro.
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LAZOS MÁGICOS
Fantasi"El rey ha sido asesinado y su milenaria alma aprisionada. El criminal la guarda con recelo en un contenedor de cristal dentro del palacio que ahora clama como suyo. Cuando el caos y la oscuridad comienzan a apoderarse de todo el continente, un puña...