CAPITULO 10

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"NO QUIERO VOLVER A VERTE, QUIERO VERTE VOLVER"

Como le había prometido a Abel, después de lo ocurrido dormí toda la noche y gran parte de la mañana, al despertar mi cabeza seguía doliendo mucho, pero Alexander me aseguro que era normal y que era un milagro que siguiera viva después de realizar aquel hechizo tan peligroso, así que asumimos que mi cansancio y malestar duraría algunos días.

- Bean ¿Cuál es el plan? – le pregunte sentándome con ellos en el suelo

- Ya que el equipo está completo es hora de iniciar, estoy pensando ir a la Isla Atuec. – abrió un mapa frente a nosotros y señalo el lugar

- Tierras de piratas y sirenas. – Abel miro el mapa detenidamente

- Hay que conseguir información, es algo peligroso, así que durante el viaje nos dedicaremos a entrenar, probablemente en dos semanas estemos ahí

- Bien chicas, ¿Cómo nos veremos de piratas? – Paula nos miró a todas sonriendo

- El mayor riesgo son las sirenas, y para llegar a la isla serán dos días por mar, como saben, esta especie mete a los hombres en una clase de trance, no hace efecto en mujeres, así que ustedes estarán a cargo de evitar que nos ahoguen

- ¿no podemos iniciar por otra parte? salí con una sirena algún tiempo, no quisiera volver a verla. – Alexander se rascaba la nuca nervioso

- El océano es muy grande, hay poca probabilidad de que la veas. – Dan sobo su espalda tratando de reconfortarlo.

- Hay un pueblo cerca, hay que llegar para conseguir más alimento y los atuendos que usaremos. – Leo se puso de pie y le tendió su mano a Paula para ayudarla a levantarse, ella lo miro con cierto brillo.

- En marcha. – expreso Anabel poniéndose de pie también y mirando mal a Leo

Como habían dicho, las mujeres nos dedicamos a buscar los atuendos mientras los hombres iban en buscar de armas y comida.

- Realmente no sé cómo viste una pirata, pero creo que esto da la pinta. – mencioné mientras nos miraba a todas con la ropa, mi conjunto era un pantalón ajustado con algunas cinturillas puestas en las piernas, una camisa blanca con hombros descubiertos y un corseé negro, y para dar el toque Paula había agregado unos guantes descubiertos de los dedos y un sombrero, para Abel había elegido un pantalón a rayas con unas botas que llagaban a las rodillas, una camisa holgada blanca y un saco rojo, por supuesto un sombrero igual al mío.

Después de tener la ropa nos sentamos bajo un árbol a disfrutar de una merienda que habíamos comprado en lo que volvían los demás.

- Es agradable tener una tarde de chicas. – Paula rompió el silencio. – Ahora Amber, cuéntanos ¿en qué momento se hicieron pareja tú y Abel? Todo fue muy rápido

- Bueno realmente no lo sé, ya saben lo que paso en el castillo y pues quedo en eso, lo que dije de que era mi novio fue porque estaba molesta, por cierto, lo siento Anabel, no fue un buen inicio. – le dije con una pequeña sonrisa

- No te preocupes, es bueno proteger lo propio

- Y pues ya, después de eso ambos asumimos ser pareja, pero desde que estuvimos juntos lo he notado más posesivo y romántico, ya no trata de ocultarlo

- Te está reclamando como suya. – mire a Dan con confusión esperando a que se explicara. – mira, todas las razas tienen algunas similitudes y diferencias, los demonios son seres sin muchos sentimientos, pero cuando los poseen son demasiado fuertes, en este caso al haberle entregado tu virginidad le perteneces, son simples normas demoniacas, pero él está preocupado porque cree que puede lastimarte o ser demasiado intenso, trata de contenerse, pero por su naturaleza le es un poco difícil, el hecho que lo hayas llamado novio, le dio más tranquilidad, si algún día te entrega su corazón, será siempre tuyo.- explico y todas la miramos atónitas

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