Siempre te amaré... mi gran amor

Capítulo 51. La operación fue todo un éxito

Shannon

Tres horas después y todavía estamos esperando, me da ansiedad porque ese tipo de operaciones duran entre una y tres horas, aunque pensando recuerdo que mamá está operada de los senos así que por esa situación dura más, resoplo y me pongo de pie, me acerco a la pared y me apoyo de ella, veo la sala y sonrío agradecida de tener a mis amigas aquí, mis amigos y mis suegros, mi hermano se acerca y entrelaza nuestras manos, me deja un beso en la sien y cierro los ojos, no supe cuando crecieron mis niños y ahora uno está en la operación de nuestra madre mientras que el otro está a mi lado siendo mi fuerza.

- Shay – me llaman y me acerco a papá quien sale con Francesco y Fabiola –
- ¿Cómo está mamá? – miro a papá y suspira, voltea a ver a Fabiola –
- Ya está en cuidados intensivos pero solo mientras se le pasa el efecto de la Anestesia, la operación fue todo un éxito y logramos extirpar el carcinoma, claro que seguirá yendo un tiempo a quimio pero por ahora estamos un paso adelante para el éxito total – aclara Fabiola sonriendo y abrazo a Anastasia –
- Te dije, mi suegra es fuerte mi amor – susurra mi novia y asiento –
- Gracias doctora – dice Max y me alejo para acercarme a ella y extiendo mi mano –
- Gracias – susurro y estrechamos nuestras manos –
- Quise darle el alta hoy en la noche pero el doctor Greco exigió que sea mañana – aclara y asiento –

Abrazo a papá y suspiro aliviada, sonrío agradecida que mamá esté bien y que va a estar mejor para ganar esta guerra, me alejo de papá y le lanzo un beso a mi hermano y él solo sonríe, me acerco a mis suegros y Mónica me abraza, le agradezco tanto y niega para dejarme un beso en la mejilla, en cambio Dario me abraza y me deja un beso en la cabeza.

Me alejo y voy con mis amigos, Juan es el primero en abrazarme y siento tanta felicidad de tenerlos, de estar aquí y de que mamá vaya a estar bien, gracias Dios, pienso mientras abrazo a Valentina y así voy hasta que abrazo por último a Ana María y me siento tan tranquila ahora, me alejo y me acerco a mi prometida para entrelazar nuestras manos, papá me avisa que tengo guardia esta noche y asiento.

- Vamos a casa para que descanses un poco – pide Ana y asiento –
- Sebastián está en casa de mi suegra – me recuerda Valentina y asiento –
- Gracias hermana – le lanzo un beso y me guiña un ojo –

Me disculpo con todos y también me despido, le pido a Mónica que me avise cualquier cosa y acepta sonriendo, Anastasia prácticamente me arrastra hasta la salida de la clínica y me rio negando, llegamos a la camioneta y me abre la puerta del copiloto, le agradezco y sonríe, me subo y cierra para rodear de nuevo la camioneta y subirse, nos ponemos los cinturones de seguridad y mientras Ana enciende la camioneta, yo enciendo la radio y va sonando Cómo yo de SanLuis y Silvestre, volteo a ver a Anastasia y canta a todo pulmón el coro, me rio y mientras sale del estacionamiento yo me le uno y cantamos.

“Has amurallado el corazón, para que no le penetren mis palabras en canción
Pero se te olvida como soy, testarudo como el niño que le niegan un balón
Di que me olvidaste de repente pero sé que no me sacas ni a patadas de tu mente
Ay dímelo sin gafas y de frente y verás como te crece la nariz mientras me mientes
Nadie te ha fallado como yo, porque no hay quien te amé como yo
De tu vida nadie como yo y sin orgullo, deja que hablé el corazón…”

Veo la hora y apenas van a ser las 4:00 de la tarde, la fajardo está hecha un caos como siempre a esta hora y vuelvo la vista a Anastasia, se queda pensando y aprieta mi mano, le doy un beso en el dorso de la mano y reacciona para voltear a verme, le guiño un ojo y me lanza un beso, mi novia sigue manejando lo que el tráfico le permite y yo me apoyo de la ventana sintiendo ya el cansancio por el fin de semana.