𝑆𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒 𝐴𝑚𝑜𝑟 [KOOKGI & YOONKOOK] +18

𝑁𝑜 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑎𝑠 𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑟𝑢𝑚𝑜𝑟𝑒𝑠...(4)

Las palabras de aquel chico me habían dejado pensando en pequeñas cosas, ¿Realmente es bueno creer en los rumores?, que absurdo, por qué no sólo hacerte una opinión personal conforme conoces a la persona. Bebí un poco más de aquel café mientras veía a Jennie que estaba devorando una hamburguesa con tanta ternura provocando que sonriera, creo que de alguna manera el ya no estar en la cafetería era aún más relájate y pacífico.

Lástima que la paz no pueda durar por mucho tiempo menos cuando las clases comienzan, Jennie se había ido al baño mientras yo sacaba algunas cosas de mi taquilla notando cómo los pasillos comenzaban quedar vacíos de poco a poco. Ya estaba más que listo para proseguir con las clases cuando un pequeño suspiro llamó mi atención.

YoonGi: Justo a la persona que estaba buscando, dime ¿Ya no te gusta la comida de la cafetería?

Jungkook: ¿Ah?...si — lo miré con una ceja arqueara, para cerrar mi taquilla.

YoonGi: ¿Por qué no comiste hoy? Te busque pero ni rastro de ti ¿Acaso huyes de mi?

Jungkook: ¿Hay razón para hacerlo?

YoonGi: Digamos que solo hay una razón, pero no hay por qué adelantarnos a ese hecho ¿No lo crees?

Jungkook: ¿Mmm? Eres una persona muy curiosa como si de un misterio se tratase, ¿Dime al final alguien va a morir?

YoonGi: ¡No!, Cómo puedes pensar en eso.

Vi como abultaba sus labios mientras cruzaba sus brazos, una acción demasiado linda para venir de él, no pude aguantar el reírme levemente.

Jungkook: Es una broma, supongo que después de todo no eres tan malo como suelen hablar por ahí.

YoonGi: Así que tanto te intereso para que empieces a investigar de mi tan rápido — noté como se recargaba en las taquillas mientras me miraba — dime, ¿Son buenos esos rumores?

Jungkook: La verdad es que no he preguntado sobre ti, no aún al menos ¿Quieres que lo haga? —Lo rete con una sonrisa.

YoonGi: Así que estás jugando sucio ¿He? — me había regalado una sonrisa pequeña — no deberías creer en lo que se rumorea por ahí — soltó un suspiro.

Jungkook: Que sorpresa, hace unos días me pareció oír que es mejor creer en los rumores que hacerte una propia opinión personal, ¿Acaso escondes algo?

Oí un pequeño chasquido de parte de él, mientras evitaba la mirada murmurando cosas inentendibles, por la manera de actuar sabía que algo escondía, pero no preguntaría más.

YoonGi: ¿Sabes que?, olvida todo lo que te dije sobre los rumores, es verdad que avéces hablo por hablar y no pienso mucho al momento de contestar. Empecemos desde el principio, mi nombre es Min YoonGi soy de la clase A es un gusto en conocerte Jungkook.

Arque mi ceja levemente, mientras miraba su sonrisa y luego la mano que me era extendida, pero al no ver ninguna señal de mi parte la apartó.

Jungkook: ¿Quién te dijo mi nombre?

YoonGi: ¿Mm? Bueno es sencillo todo el mundo no para de decir que eres un chico bastante guapo y sexy, pero sobre todo eres “Bad Boy” — Soltó un suspiro cansado — es algo totalmente absurdo por qué el día que te vi en la cafetería no me parecías para nada un chico malo como todo el mundo decía, por eso me sorprendió verte en detención el día siguiente.

Jungkook: Cualquier persona se puede meter en problemas por primera vez en su vida, ¿No es así?

YoonGi: Cierto, pero ahora todo el mundo te tiene miedo más al saber que no te arrepentías en lo absoluto de lo que hiciste.

Jungkook: Y la realidad es que no lo hago, el chico era un completo idiota por faltarle el respeto a mi amiga y eso no lo voy a tolerar, de mi pueden decir lo que se les dé la gana, pero de ella no.

YoonGi: ¿A ti te gustan las chicas?

Me quede en completo silencio notando cómo poco a poco una sonrisa se dibujaba en sus labios, mierda nunca me había sentido tan estúpido como en este instante, me estaba leyendo sin siquiera haberle dicho una sola palabra, deje escapar un suspiro cuando vi como jugaba con su labio inferior mordiendo un poco este, realmente nunca había notado sus labios hasta este momento. Mi respiración comenzó a acelerarse con cada movimiento que hacían sus labios, sintiendo como un sonrojo inundaba mis mejillas, aunque gracias a dios eso no duró mucho por el timbre que había sonado provocando que volviera a la realidad y caminara hacía mi salón.