CAPITULO 41

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GRIETAS

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Byron

Horas antes.

Terminamos con el desayuno que habíamos preparado en pareja, normalmente estoy acostumbrado a hacerlo todo por mi cuenta, sin embargo, desde la llegada de cierta persona ahora todo lo tengo que hacer con ella. Surgió esta necesidad de querer estar acompañado por su parte, mi alma está fracturada en múltiples partes y no sé que es lo que ha visto en mí, solo sé que estoy agradecido por todo lo que me ha otorgado.

Es la que mantiene a mis demonios en paz, es la que se encarga de mantenerme en control sin sentir miedo si es que un día de estos me llego a desatar. La actividad física ayuda demasiado, pero no pensé que el sexo también fuera un jodido liberador para mi alma. He tenido lo mejor de eso en los últimos meses, desde que la conozco, ambos hemos tratado de congeniar y adentrarnos en una relación sexual en la que dependiendo del ánimo del otro dominará o será sometido.

Pese a que fuera uno de los mejores capitanes de Bretaña, no me atrevía a meterme con cuanta mujer se me cruzara enfrente. Mis marcas son las que muchas veces me han asqueado a mi mismo, las que me han llevado a cubrirlas con la ropa para que nadie más las vea y es por eso mismo que no me atrevía a tocar a una sola mujer.

Las solicitudes siempre estaban, sin embargo, siempre salían rechazadas porque era imposible que yo me mostrara ante los demás con todas mis grietas que a más de una las podría asustar.

Siento que sus manos me rodean la cintura, posa sus labios en mi nuca y giro a la hora de tener todo listo para nuestra pequeña travesía con el pequeño de mi hermano.

—¿Estás listo? Tengo mis mejores ropas para lucirlas mientras hacemos surf.

—¿No se supone que se tiene que utilizar ropa especial?

—Lo vengo practicando desde hace mucho tiempo, no la necesito, aparte llegando a la playa tendremos que observar el mar y el tipo de olas que se avecinan.

—Ellos se pueden hacer cargo de su propio hijo —rueda los ojos—, solo digo.

—No seas amargado, me gusta ser esta especie de mejor amiga o tía del mal, le dije a Mason que no les dijera a sus padres lo que hicimos mientras no estaban.

—Mi cuenta bancaría fue desestabilizada.

—Sip, ¿quién no ama los dulces? Tenemos bolsas y bolsas de dulces, todo mundo ama los dulces.

Se gira para seguir hablando, Lorraine es así, puedes quedarte callado y ocupará cada segundo de su valioso tiempo para hablarte de cuatrocientos temas diferentes. No se calla, por más que intentes tan solo cerrar su linda boca, no lo hace, puede incluso desarrollar una conversación con diversos temas que pese a que no tengan conexión entre sí, hace que parezca que te está hablando del mismo tema.

—Por un momento amé los arrecifes, estaba por meterme en la carrera de bióloga marina para estar en contacto con el mar —la veo ir y venir, arreglando así su bolso sin darme un solo vistazo—, pero mis papás se fueron, me quedé con mi abuela y digamos que era mi destino —se amarra los rizos chocolatosos en una coleta—, hablando del destino pienso que todas las personas están destinadas. Es decir, nacen con un propósito, lo que quiere decir que también nacen destinadas para alguien en el amor —tomo mis llaves—. El amor tiene muchos significados por si no lo sabías, en mi caso siempre me han dicho que me enamoro muy rápido, así como me enamoro, los puedo olvidar en segundos y créeme que no tiene que ver con un termino medico ante mi perdida de memoria, estoy sana y eso es más que suficiente para ser como soy.

Un paraíso en sangre #1 [DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora