CORRE
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Denisse
Termino de dar el último puñetazo al saco de boxeo, tomo la toalla para poder retirar todo el sudor que me había caído por la frente, tomo un respiro y miro mi entorno. Este lugar me gusta, el área de entrenamiento privado para el equipo de alto rango es especial, acogedor, privado y me siento bien en el entorno.
El país es bonito y no se diga de las vistas que logramos ver desde ciertas áreas del comando.
Repaso la toalla contra mi nuca, un nuevo miembro ingresa y me extiende la mano cuando llega a mi lugar.
—Bienvenida —estira su sonrisa y tomo su mano un poco dudosa—. Soy el comandante Quenting, no tuve el placer de conocer a las nuevas dos integrantes el día de ayer. Recién encontré a la teniente en la zona de informática.
—Buenos días y gracias, comandante.
—¿Te tratan bien aquí? Por lo que supe están en el equipo especial con la misión del Nilo con mi coronel, ese hombre de verdad es de los mejores, no dudo que encuentre a la persona que nos está jugando mal —frunzo mi ceño ligeramente—. No podemos permitir que den de baja a la central o metan en disputas al comando. La mafia se reirá de nosotros y agradecerá de los crímenes de los que nos quieren inculpar.
—Por lo que veo ustedes ya estaban muy enterados de este conflicto, temo sonar un poco boba, la cuestión es que Francia no sabía nada hasta que el coronel llegó a la central —le explico—. Fue hasta ese día en el que nos enteramos de lo sucedido.
Analiza cada una de mis expresiones, se cruza de brazos y toma un profundo respiro.
—Francia no ha sido de nuestra confianza por muchos motivos —pone una mano en mi hombro—. El que llegáramos a considerarlos como parte de nuestra misión solo fue un tema de suerte. De no ser así, tendríamos a mejores aliados.
—Lo siento, pero mi central no es del todo mala, que no nos den la oportunidad para trabajar es diferente.
—Claro —responde poco convencido. Sé que oculta algo, la puerta se abre de nuevo y veo a Kylian con una playera de tirantes gris que le queda un poco holgada y pantalones de chándal de algodón—. No tardaste mucho, Gauthier.
—Estaba atendiendo unos asuntos. —Me analiza de pies a cabeza cuando me mira, hago lo mismo y detecto los tatuajes que le cubren la piel.
Hay una rosa de los vientos enorme, negra y con ciertos trazos finos sobre todo el hombro izquierdo.
—¿Qué haces aquí?
—Terminaba de entrenar, señor.
Eleva una de sus cejas, se gira y es cuando veo la cobra sobre la espalda, tiene la mitad del cuerpo enroscado y la cabeza la tiene alzada, le toca los omoplatos, el animal dibujado tiene la boca abierta, revelando así los colmillos puntiagudos.
—Vamos a entrenar entre los tres ya que estamos —suelta la toalla en el suelo junto con su botella, se sube al tatami—. Tengo que probar que las habilidades de mi equipo sean eficientes, nos quedaremos hoy aquí, mañana partimos a Polonia. Byron y Bordeaux encontraron la casa de uno de los jefes de escolta del mafioso que vamos a comenzar a cazarlo para entender el conflicto que se está suscitando.
El segundo que le sigue el paso es el comandante, mismo que se quita la playera y la suelta en el suelo para luego ponerse cara a cara con el coronel.
Los sigo, me quedo fuera para poder verlos.
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Un paraíso en sangre #1 [DISPONIBLE EN FÍSICO]
Romance[DISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON] La guerra no la venía venir la capitana de la tropa. Estaba enamorada, decidida a caminar por el pasillo sin saber la verdadera vergüenza por la que pasaría. Una vida de ensueño, amigos, familia, la boda que desea...