Un paraíso en sangre #1 [DISPONIBLE EN FÍSICO]

CAPITULO 36

DIAMANTE NEGRO

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Denisse

Es momento de partir hacia Turquía, bajo a desayunar con pocas ganas porque la muerte de mamá no es algo que abandone mi cabeza de la noche a la mañana. En la mesa ya tienen preparado todo un festín, Kylian me atrapa de la cintura, me besa y me abre la silla para comenzar a servirme como si no pudiera. No me molesta, ciertas partes de mi cabeza se han vuelto a conectar, ya no hay voces perturbándome y eso quiere decir que recuerdo lo mucho que me gusta que me mime y me cuide.

—Mami, hay de todo para que comas bien, Julian dijo que tienes que tener muchos nutrientes.

—Esto se ve delicioso, bebé.

—Le dije a Hodge que hiciéramos queques de moras, ¿y sabes lo que me dijo? —Se sienta a mi lado con Storm detrás de él que termina tirado en el suelo—. ¡Que no había moras!

—Oh, pero eso es terrible, bebé.

—Y papá no quiso comprar, nunca ha ido al mercado, yo si porque le ayudo a la nona y papá es flojo.

—¡Mason!

Ambos sueltan a reír, termina de servirme mi café y se sienta a mi lado olvidando su supuesto sitio. La cabecera de la mesa.

—Vas a estar mejor, mami —le sirvo su jugo—. Vas a sanarte, eso nos lo aseguró Julian y es el mejor en su especie.

—No es un animal, Mason.

—Yo pienso que si y que debe de tener un chefcito en su cabeza pero modo médico —me arranca una carcajada—. Si van a ir a Turquía, ¿vas a cuidar de mami? —Le pregunta a su padre—. Dijo el abuelo Henry que es raro que la mafia los haya solicitado.

—La voy a cuidar campeón, hay muchos planes en mente que solo quedan entre nosotros, ¿bien?

—¡Obvio! Jamás diría nada.

Chocan sus puños, lo que veo sin duda borra un poco mi tristeza con la que me levanté. Comemos en silencio, viendo que los dos abuelos restantes toman un poco de café y fuman en el exterior. Me pongo de lleno a llenarme el estómago de todo lo que se ha preparado, la mano de Kylian rodea mi muslo y me acerco a besarle la mejilla.

—¡No lo beses! —Pide Mason tirándome del brazo—. No lo beses, dame besos en la mejilla a mí, mami.

—Tengo un pequeño celoso en la casa, ¿no es así?

—No sabemos lo que son los celos, mami.

—Si claro, ninguno de los dos es celoso por lo que veo.

—Solo tratamos de proteger lo nuestro —sentencia su padre—. Tenemos que prepararnos, revisé los informes que sacaste de la zona de archivos y por desgracia no muestra nombre o ubicaciones. Solo habla de las alianzas que tienen y los conectes que se hicieron mucho antes de que Mikhail llegara a prisión por parte de la DEA.

Tomo un sorbo del café y giro mi rostro para verlo y que me explique más de lo que encontró. Recuerdo haber sacado capturas y creo que por estar llorando tanto no alcancé a distinguir nada de lo que había en los documentos.

—Al parecer hay veces en las que la mafia se sale de sus círculos sociales, para ellos es como hacer amigos aunque no van a ser amigos como tal, solo mantendrán los negocios y la paz en sus territorios —explica severo—. Cuando cometen algún tipo de error, se conoce que las mafias comienzan a tomar rumbos diferentes como lo que posiblemente pasó con los rusos en contra de los italianos y turcos.