Un paraíso en sangre #1 [DISPONIBLE EN FÍSICO]

CAPITULO 48

TIEMPO CONTADO

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Kylian

Estamos a nada de que llegue diciembre, tenemos trabajo que hacer, cosas que atender y sobre todo tener en cuenta toda la información que Berat arrojó hacia nosotros hace unos días, no estábamos muy convencidos con la idea de tener que hacerlo todo por partes hasta que nos dedicamos a analizar todo a fondo junto con mi madre y su padre que han estado en contiendas como todos nosotros.

Termino de ajustar la información con Berat que lo tengo al teléfono mientras reviso que todo vaya bien en la central. No solo me tuve que hacer cargo para que los soldados se concentraran en otras misiones, el fentanilo ya no es nuestra prioridad y tenemos que mantenerlos con fuerza para el ataque final.

Además he estado hablando con Fausto que me confirmó que se están preparando para la boda que es el diez de diciembre. Tendré el primero, dos y tres de diciembre para mí y mi muñeca, es eso lo que trato de hablar con Berat mientras le paso mi información en cuanto a los de la DEA que pude conseguir.

—Es mejor que te prepares o prepares a quien sea que se esté encargando de Estados Unidos, tienes que tener en cuenta que van por todos los negocios de Baldassare para que le entreguen todo a su jefe que es Mikhail.

—Yo soy el encargado de Estados Unidos, por el momento Aslan me está ayudando en Turquía —comenta—. Te agradezco lo que conseguiste en cuestión de días y como es que la DEA está laborando para llegar y atacar los locales o nuestra bodegas —suspira—. De no ser así no habría venido para acabar con un par de sus soldados y evitar que nos jodan el territorio.

—Lo quieres limpiar por lo que veo.

—De rusos sobre todo, este es terreno italiano y por ende, nos pertenece desde que Baldassare dejó todo en nuestras manos.

—Pues ya tienes la información para que vayas por ellos, no me importa que los mates, después de todo son injustos teniendo en cuenta que reclaman dinero cuando incautan drogas y muchas veces liberan a los narcotraficantes.

—Yo soy uno de ellos aunque no me lo tomaré como una ofensa.

—Por lo menos no violas como si fuera un deporte —cierro el computador y me estiro en el sillón para luego sobar mi nuca—. Llevamos todo un mes dentro de esto, llegando diciembre sabemos que ya el tiempo es contado para que la bomba explote.

—Lo sé, sé que quieren tiempo y sobre todo porque el coronel cumple años, ¿no es así?

Me tenso un poco, giro la cara para virar en dirección a Denisse que la encuentro en la piscina hablando con Byron.

—No vamos a estar disponibles por tres días, hoy viernes salgo de viaje y me tomo el fin de semana —le aclaro porque ni loco le estaré pidiendo permiso—. Estaré atento por cualquier cosa, quedan a disposición Henry, Antonella, Byron y Deandre que ya me enteré que les pasó información.

—Es un buen chico, hablando del viaje se lo merecen, después del ataque tenemos que seguir y no detenernos para que no se nos salgan de las manos.

—Créeme que no lo haré, Murat es todo mío.

—Como habíamos quedado.

Con eso dicho termino la llamada y salgo de la casa para ver todo lo que hacen. Mason está intentando ayudar a los cachorros a nadar mientras que Denisse los sigue como si tuviera miedo a que les sucediera algo malo.

—¿Te sientes bien ahí, cielo?

—Sí, estoy bien, gracias, cariño —escucho que Lor se acomoda en la silla de ruedas, empujándose hacia delante para que la espalda no le toque el respaldo de la silla—. Pero miren quien llegó, el viejito que mañana cumple ochenta y dos.