CAPITULO 21

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LA MUERTE

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Kylian

Admito que en el pasado no he tenido los huevos para volverme débil ante nadie, ni con Elice sentía la confianza total para hacerle entender todo lo que estaba sucediendo. Ella se enteró sobre lo sucedido con mi padre y como era lo esperado me recordaba cada vez que intentaba tocarla que no quería el cuerpo contaminado con las huellas de un violador.

Sus palabras pese a que fueran pequeñas o sutiles para no hacerme cabrear en ese momento, sin duda alguna se me clavaban en el pecho, encima esas navajas o dardos que iba asestando en el centro de mi pecho solo los retorcía más al fondo cuando soltaba la siguiente frase con la que buscaba insultarme.

La vez que concebimos a Mason recuerdo que solo fue en una noche de copas en la que ni siquiera los dos estábamos ebrios, solo teníamos una botella que comenzábamos a compartir y todo fluyó. Ella se sentó en mis piernas, me besó y me lo pidió.

Caí de nuevo en la trampa.

No estaba ahí pidiéndome que le hiciera un hijo por el amor, ese supuesto amor era inexistente por su parte y desde ese entonces he entendido que en una relación si se necesita de ambos. No se trata de ser el mayor, el dominante o el hombre que va a llevarse la relación entre las manos y tirar de las cuerdas por ambos.

Tomo un respiro, las cosas estaban planeadas por su parte y la vez que me vi vulnerable ante Denisse entendí que era diferente. Las cosas encajaron en mi cabeza, ella no me consideraba un hijo de un violador porque ella tenía razón, ya no tenía que pensar nunca más que Murat era mi padre. Después de lo que le hizo a mi madre y las tantas veces que me ha perseguido, ese cabrón solo merece morir.

Me vi de frente con una mujer que le dejé examinar cada una de mis capas, la dejé entrar en mi cabeza y sé dio cuenta de todo. Ahora mismo, Denisse tiene la clave perfecta y las herramientas para destruirme y hacerme pedazos. Por la noche no conseguí conciliar el sueño, mi rodilla está jodiendo y es normal porque últimamente he estado en constante movimiento y ese hijo de puta me golpeó duro en los músculos.

Me llevo el móvil a la oreja, la voz somnolienta me recibe del otro lado.

—¿Cómo va todo?

—El primer paso para adentrarnos al cartel de México y dar con la ruta exacta y todos los movimientos fue bastante bien. —Masajeo mi nuca con mi mano—. A Quenting ya le pasé todos los informes, es buen soldado, un buen comandante que confía en mi trabajo y no mete las narices de más.

—Eso es agradable de escuchar, cariño —dice mamá bostezando, mi sonrisa se ensancha. Ambos padecemos de insomnio—. Me la he estado pasando fenomenal con mis mejores amigos, Mason está más que encantado por tener dos abuelitos más.

Escucho la pregunta que, pese a que no la materialice con sus palabras, la leo entre sus labios.

—Suéltalo, madre.

—Me dijiste que no iba a pasar a más y mira donde estamos, no me molesta, confío plenamente en ella y sé que las cosas están a salvo con Denisse. —Sé que a cosas se refiere a todo lo que le hemos contado y que hemos ocultado de gran parte de nuestros allegados—. Mason la ama, dice que supo que sería su mami desde que la vio dentro del bote donde los rescaté. Eso me deja tranquila, anima más mi corazón, hijo.

Una sonrisa sincera aparece en mis labios.

Mi madre de verdad es la mejor, no me cabe duda que hará todo lo que esté en sus manos para protegernos. Sí, puedo estar grande y sé que siempre me llama como su padre cuando está molesta conmigo, por eso mismo le prohíbo a Denisse que me hable de la misma manera.

Un paraíso en sangre #1 [DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora