XV

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Jimin era un gran estudiante en su escuela, era reconocido por sus notas, especialmente en la clase de matemáticas y en la clase de danza, se especializaba en contemporánea, y cada tanto preparaban muestras de baile, había una anual y otras al azar que organizaban en base al interés y los tiempos de los estudiantes.

Jimin amaba la danza porque era una forma de expresarse sin que su discapacidad le dificultara, bailando se sentía libre y eso se notaba en sus movimientos, haciendo que sea maravilloso de ver.

Seguía siendo muy tímido como para animarse a tener un solo de baile, prefería bailar en grupos, o de a dos o de tres, aunque para Yoongi no importaba cuánta gente estuviera en el escenario junto al menor, sus ojos siempre iban a estar sobre él, y amaba verlo feliz haciendo algo en lo cual tenía tanto talento.

Yoongi no iba a la clase de baile ya que no era estudiante de esa clase y no le permitían entrar, así que cuando recibió un mensaje de que fuera al salón de Jimin urgente se había asustado, y su primer pensamiento fue que alguien le había hecho algo a su novio, aún él no superaba el bullying que había recibido el menor.

Cuando llegó el menor estaba sentado en una silla y se mordía el labio para aguantar el llanto, sus compañeros y su profesora intentaban consolarlo, pero no estaba funcionando así que habían recurrido a él.

— Oh, bebé, ¿Qué pasa? — el pelinegro se escondió en el pecho del mayor para que nadie lo viera llorar, señaló su mano y su tobillo.

— Se cayó mientras bailaba, el director Kim ya llamó a su madre y la ambulancia viene en camino— dijo la profesora, que intentaba mantener la calma pero aún así se notaba nerviosa.

— Oh, lindo... ¿Duele?— Jimin asintió —. Ya va a pasar, tranquilo.

Yoongi esperó con él hasta que llegó la señora Park, e incluso lo acompañó hasta el hospital para ver qué tan mal estaba, los resultados dieron que se había doblado el tobillo al pisar mal, y que tenía una fisura en la muñeca, al caer con todo su peso sobre esta.

Aquello significaba que Jimin no iba a poder participar de la muestra de baile, ya que tenía que hacer reposo y se perdería tres semanas de practicas que eran demasiado importantes para él, la tristeza en su expresión era muy evidente y hacían al rubio sentirse mal.

En el camino de regreso del hospital, con Jimin dejando su muñeca descansar dentro de un pañuelo, atado a su cuello, el chico ya había dejado de llorar y se empeñaba en mantener la vista baja, apoyando su cabeza en el hombro de Yoongi .

— No sigas mal— pidió el rubio, acariciando su pelo y mejilla, alzando el rostro del chico para mirarlo, Jimin negó, volviendo a acomodarse, no tenía ni una razón para sentirse bien— Jiminnie — lo llamó, aunque el mudo lo ignoró—. Te conozco, algo te pasa, ¿En qué piensas?

Jimin tardó un momento en negar de nuevo, Yoongi se ahorró un suspiro, tomó al menor por sus mejillas, volviendo a alzar su rostro.

— Dime— habló con suavidad.

Sabía con solo ver su expresión cuando los pensamientos negativos lo molestaban, incluso después de tanto tiempo a Jimin le costaba dejarlos ir, pero Yoongi quería ser el mejor novio para él y eso incluía ayudarlo con eso.

Jimin suspiró, con su mano libre se señaló a si mismo, y luego junto todos sus dedos, y tocó su mejilla con la punta de estos, era una señarara que Yoongi no conocía.

— ¡Minnie! — su madre se enojó un poco, viendo los gestos por el espejo retrovisor del auto, ya que los dos estaban sentados atrás.

— ¿Qué significa? — preguntó Yoongi .

Love me, Mute (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora