XXXIII

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— Buenos dias...— murmuró Yoongi con la voz ronca por el sueño, meintras se abrazaba con fuerza a su novio, quien soltó un quejido por el epretón pero luego rió de forma dulce—. Eres muy tierno, ¿Sabes eso?

Jimin rodó los ojos.

— respondió sin titubeos.

— Tú siempre lo sabes todo, Jiminie— dijo el rubio, se separó un poco del abrazo para mirarlo, notó que el menor estaba cambiado y painado, parecía que se había despertado temprano— ¿Qué hora es?

Jimin miró el teléfino que estaba en sus manos y lemostró la hora, eran las ocho y cuarenta de la mañana, era muy tempranoa gusto del mayor.

— ¿Y qué haces vestido?

El pleinegro le mostró su celular, Jimin había escrito una nota en este, al mayor le costó leer porque seguía muy dormido:

"Mamá dijo que nos vamos a ir a Busán porque deben hacerme estudios de nuevo, ella habló con mis médicos ayer y nos dieron turno urgente para hoy en la tarde".

— Dios, Jiminie, y yo sigo en calzones, tendrías que haberme despertado más temprano, mamá me va a matar— Yoongi se levantó de la cama rápido para ponerse unos pantalones, cuando estaba por colocarse la remera esuchó el grito de la señora Park preguntando si estaban listos—. Puta madre, Jimin...— el pelinegro soltó una carcajada— ¿Cuánto tiempo nos quedamos en Busán?— Jimin se encogió de hombros, no lo sabía —. Dios, Jimin, tengo que empacar por las dudas y...

Ya lo hi-ce— dijo el menor con una sonrisa de suficiencia.

— ¿Mi ropa también?

Jimin soltó una risa y sonrió.

No la necesi-tas.

— Deja de juntarte con Taehyung.

Cuando Yoongi estuvo listo los padres de Jimin los dejaron desayunar juntos mientras subian las cosas al auto, el rubio notó al menor muy enfocado en su celular, quizás jugando algún juego, pero notaba ese mohín en sus labios y el ceño fruncido, lo conocía lo suficiente como para saber que estaba pensando algo que lo molestaba o preocupaba.

— Jiminie, ¿Pasa algo?

El menor lo miró con ojos de perrito triste pero negó, Yoongi supo que sí pasaba algo, sabía que estaba nervioso, así que cuando terminaron de desayunar tomó su mano y no la soltó hasta llegar al auto y acomodarse en el asiento trasero.

— ¿Estás bien? — preguntó con suavidad.

Jimin asintió automáticamente, pero no convenció del todo a su novo, el mayor pasó un brazo sobre los hombros del chico, abrazándolo, notó que estaba muy callado, cosa que era normal en él pero no ahora, ni siqiera murmuraba esos ruiditos que lo habían vuelto loco el día anterior.

— Estoy contigo bebé, no te preocupes— habló cerca de su oído—. Vamos a escuchar un poco de música y todo saldrá bien, ¿Sabes?— el menor asintió, sonriendo un poco, compartieron auriculares, Jimin se acomodó sobre su hombro con intenciones de seguir durmiendo, nadie se lo impidió, ni siquiera la elegre canción que se estaba reproduciendo a todo volumen en ese momento.

Cuando llegaron a Busán, el señor Park condujo directamente hacia el consultorio médico de la última vez, estando todo tal y como lo recordaban, la señora Park bajó del auto para entrar al lugar directamente, dejando a los dos chicos descansando en el asiento trasero, y al padre de Jimin aún al volante, quien apagó el motor para esperar.

El doctor había dicho que los atendería en cuanto vinieran, y si estaba atendiendo a otra persona, terminaría con esa consulta y luego pasaría a ellos, pero no harían ninguna fila de espera.

Love me, Mute (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora